El pasado 31 de enero se estrenó en la Biblioteca de Filadelfia el documental “Un lugar para tí”, que narra la historia de un pastor criado en el Valle de Napa (CA) y el reencuentro con su madre indigente en las calles de Filadelfia.

La historia de Marty Vargas y su madre Rachel nos recuerda que la vida real puede ser más extraña que la ficción.

Rachel tuvo una infancia difícil. Su padre fue asesinado por la mafia en el “Mercado Italiano” del sur de Filadelfia, dejando a su familia sin sustento durante la Gran Depresión. Su madre, incapaz de mantener a sus dos hijas, llevó a Rachel y a su hermana a un orfanato, en donde fueron maltratadas y Rachel, violada.

En dos ocasiones, Rachel fue internada en el hospital psiquiátrico Byberry, en Pensilvania, en donde recibió terapia de “shock”, y el cual es conocido como “La casa del terror” por las historias de maltrato y las precarias condiciones en las que operaba.

Para Margaret Nicole, sobrina de Rachel, “ella nunca pudo superar el dolor que vivió, y eso la llevó a las calles”.

Rachel tuvo varios hijos y regaló uno de ellos a una pareja de conocidos. Lo que permitió a Marty tener un par de pistas para encontrar a su madre 23 años después en las calles del sur de Filadelfia.

Una vez que Marty se decidió a armar el rompecabezas de su vida, las piezas fueron cayendo por si solas. No solo conoció a su madre, sino que se dio cuenta que su padre y sus abuelos habían estado mucho más cerca de lo que el había creído toda su vida.

Marty se decidió a sacar a su madre de las calles y la visitaba todos los días, pero ella se resistía. “Una vez pensé en secuestrarla y puse medicamentos para dormir en su café”.

Para Marty lo más difícil fue devolverle la confianza y la vida a su madre, quien alguna vez fue descrita como “una mujer de ojos muertos”, en una nota de un periódico. “Cuando veo a alguien en las calles me pregunto como es su vida y que los llevó a vivir en la calle, tuvo que haber algo importante en sus vidas que los hizo darse por vencidos”.

En el 2004, Rachel murió a sus 74 años, después de pasar los últimos años viviendo en una casa “limpia y bonita” en compañía de su hijo.

Marty actualmente vive en Nueva York, es ingeniero de televisión y viaja alrededor del mundo ayudando a la gente a superar sus problemas emocionales.

Alrededor de 400 personas asistieron al estreno en Filadelfia. Marty se encuentra en negociaciones para transmitir su documental por televisión.