El movimiento conocido como "Tea
Party", con el que buena parte de los conservadores de EE.UU.
quieren canalizar su frustración contra el Gobierno de Barack Obama,
celebra su primera Convención anual con Sarah Palin como
protagonista.

Palin, incontestable heroína de los conservadores más
recalcitrantes será la oradora estrella en una reunión que, cargada
de animadversión contra los demócratas, Obama e incluso los
republicanos más moderados, comienza este miércoles en Nashville, Tennessee.

En el mensaje que cerrará la Convención el sábado, Palin, ex
gobernadora de Alaska que saltó a la escena política nacional en
2008, de la mano del entonces candidato republicano a la
Presidencia, John McCain, clamará porque el Gobierno se autolimite
para conseguir que "el sector privado, nuestras familias e
individuos libres puedan crecer, desarrollarse y disfrutar de la
libertad americana".

Palin hablará de la "frustración" diaria que viven muchos
estadounidenses bajo el actual Gobierno, que "hipoteca el futuro de
sus hijos gastando sin cuidado", según avanzó ella misma en un
artículo de opinión publicado ayer en el diario USA Today.

El movimiento "Tea Party" toma su patriótico nombre del motín que
en 1773 llevaron a cabo los colonos americanos que, hartos de la
tiranía británica, tiraron por la borda cargamentos de té en el
puerto de Boston, en Massachusetts y ha sido hasta ahora una
corriente espontánea basada en un visceral rechazo de las recetas de
Obama para sacar a EE.UU. de la crisis.

Poco a poco, el movimiento se ha ido haciendo un lugar relevante
en la escena política estadounidense impulsado tanto por las redes
sociales de internet como por el inestimable apoyo de la
conservadora cadena de televisión Fox y algunos de sus
comentaristas.

Hoy, en Nashville, se presentarán oficialmente en sociedad, en un
acto plagado de conservadores a ultranza que, sin duda, pondrá
nervioso a más de un republicano de los que piensa que un excesivo
giro a la derecha del partido de cara a las legislativas del
noviembre de 2010, entraña un serio peligro.

Pero los del "Tea Party" no piensan lo mismo.