Carmen Ortiz, que se ha convertido en la primera mujer hispana fiscal federal en Massachusetts, es el ejemplo de una carrera volcada al servicio público y caracterizada por la superación personal de sus orígenes humildes.

Ortiz, de 53 años, es hija de una familia puertorriqueña que se trasladó a Harlem, en Nueva York, en busca de una vida mejor para sus cinco hijos. Su padre trabajó como taxista y su madre como vendedora de cosméticos antes de conseguir abrir una tienda de regalos.

Ahora, orgullosa de su pasado, piensa que su logro es el resultado de un trabajo bien hecho en el que se han superado tanto las cuestiones de género como de raza.

Becada en la Universidad de George Washington, en la capital de Estados Unidos, Ortiz se convirtió en abogada, se casó y tuvo dos hijas que ha educado en buena parte sola, ya que su esposo falleció de cáncer en 2000.

Pero ella no se quedó atrás porque, como dijo el fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, “Carmen es una líder natural”.

Paso a paso, Ortiz fue forjando una carrera dedicada al servicio público, que empezó al obtener un puesto como asistente del fiscal del distrito del condado de Middlesex en el estado de Massachusetts.

Desde este puesto supervisó y procesó durante ocho años casos de homicidios, violaciones y robos.

En 1991, saltó a la primera plana de la actualidad por investigar unas acusaciones de acoso sexual contra el equipo de fútbol americano New England Patriots.

También fue asistente del fiscal en la Unidad de Crímenes Económicos de Boston durante doce años, y también trabajó en el sector privado durante un tiempo como abogada para la firma Morisi & Associates, de su esposo.

Su vocación pública la llevó también a trabajar en proyectos para Latinoamérica. Así, impulsó un programa proyecto de justicia para implementar reformas en el sistema judicial de Guatemala, que desarrolló con la colaboración del Centro para Justicia Criminal de la Escuela de Derecho de Harvard.

Fue nominada por el presidente Barack Obama en septiembre y confirmada por el Senado en noviembre pasado.

Desde su cargo, será la encargada de supervisar los procesos abiertos en todos los crímenes federales y litigios civiles de interés para el Gobierno federal en Massachusetts.

Concretamente, tendrá bajo su dirección el trabajo de más de 200 abogados y el apoyo de todos los departamentos en Boston, Worcester y Springfield, dentro del estado.

Ortiz aseguró que el presidente Obama, le dio “una oportunidad única en la vida” y que espera demostrar a sus hijas que, “con trabajo duro y perseverancia”, se puede conseguir todo”.