El presidente Barack Obama anunció hoy
nuevas medidas de creación de empleo que ascenderán, según dijo a
Efe la Casa Blanca, a unos 100.000 millones de dólares, en un
momento en el que un 12,7 por ciento de los latinos carece de
trabajo.

El programa incluye inversiones en infraestructura, ayudas para
que las pequeñas empresas contraten más y exenciones fiscales para
que los propietarios de viviendas las aíslen e instalen aparatos que
consumen menos energía.

"Pese a que hemos reducido el alud de pérdidas de empleos a un
goteo relativo, aún no estamos creando trabajos a un ritmo que ayude
a todas las familias que han sido arrastradas por la corriente",
dijo Obama en un discurso en la Institución Brookings.

El Gobierno aprovechará que el programa de rescate financiero
costará 200.000 millones de dólares menos que lo previsto para pagar
por las medidas, mientras que usará los fondos sobrantes para
reducir el déficit, que se encuentra en territorio récord.

El mandatario no dio una cifra del volumen total del nuevo
programa, pero Diana Farrell, Asistente Adjunta del Presidente para
Política Económica, reveló en una entrevista con Efe que rondará los
100.000 millones de dólares.

El objetivo, según Obama, es "acelerar la creación de empleo", de
forma que el porcentaje de personas sin trabajo baje del 10 por
ciento actual.

Entre los latinos esa cifra es casi 3 puntos porcentuales mayor y
hoy el Consejo Nacional de la Raza, una de las principales
asociaciones hispanas, criticó al gobierno y al Congreso por no
prestar suficiente atención a sus dificultades económicas.

En una declaración presentada ante el Comité de Servicios
Financieros de la Cámara Baja, Janet Murgía, la directora de la
organización, dijo que la falta de intervención del gobierno en el
mercado inmobiliario "ha llevado a desahucios masivos".

La asociación calcula que 1,3 millones de hispanos perderán su
vivienda en los próximos cuatro años.

El gobierno ha puesto en marcha un programa para incentivar que
los bancos ofrezcan términos más ventajosos a los propietarios con
problemas para pagar la letra, que según el departamento del Tesoro
ha ayudado a 650.000 personas.

No obstante, el Consejo Nacional de la Raza pidió hoy que se
obligue a los bancos que reciben ayuda pública a modificar las
hipotecas en favor del prestatario, en lugar de hacerlo
voluntariamente, como ahora.

En respuesta a esas críticas, Farrell dijo que el gobierno sopesa
la ampliación de la asistencia a las personas en peligro de
desahucio.

El programa anunciado hoy no incluye nuevas medidas en el sector
inmobiliario, sino que se centra en inversiones que generen empleos
a corto plazo y fomenten la eficiencia energética.

También incluye la extensión del seguro de desempleo, de la
asistencia a personas sin trabajo para pagar la cobertura médica y
transferencias de dinero a los estados y municipios para mantener
sus plantillas.

La nueva partida de gasto debe ser aprobada por el Congreso,
donde los republicanos han puesto ya el grito en el cielo y reclaman
que cualquier cantidad ahorrada en el programa de rescate financiero
se dedique a reducir el déficit.

"La idea de tomar este dinero y gastarlo es repulsiva", dijo el
líder de los republicanos en la cámara baja, John Boehner.

La brecha presupuestaria estadounidense alcanzó 1,4 billones de
dólares en el año fiscal 2009, una cifra que se acerca al 10 por
ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Obama afirmó que los que dicen que el país debe escoger entre
disminuir los déficit o invertir en la creación de empleo presentan
"una elección falsa".

El presidente argumentó que más crecimiento económico generará
mayores ingresos y reducirá el gasto en seguros de desempleo.

Farrell dijo, por su parte, que las medidas anunciadas hoy
"ayudarán a generar empleo ahora y a establecer una economía más
estable por muchos años".