El defensor del pueblo en materia
penitenciaria de Venezuela, Douglas Camero, a quien un grupo de
reclusos de la prisión El Rodeo II mantienen retenido desde ayer
para exigir que medios de prensa sean testigos de un diálogo con las
autoridades, dijo hoy que le tratan bien.

"Me han tratado bien, me han dado ropa limpia, he comido, pero yo
tengo que estar afuera haciendo mi trabajo", dijo Camero
telefónicamente a la emisora privada de televisión Globovisión.

Camero admitió que, además de los reclusos, es víctima "de la
incertidumbre, porque las horas pasan y yo sigo aquí".

José Uzcátegui, quien dijo estar preso en esa cárcel de Guarenas,
35 kilómetros al este de Caracas, desde hace dos años y medio,
declaró a la misma emisora que reclaman negociaciones al Gobierno
para mejorar las condiciones de vida del penal y que éstas sean
registradas por los medios de comunicación.

"Queremos que el señor ministro (del Interior Tarek El Aissami)
asuma su responsabilidad; queremos que los medios nos ayuden a
nosotros a decirle (a la ciudadanía) la verdad de lo que se vive en
las cárceles (...), que el país se entere de los problemas del
maltrato de la Guardia Nacional (GN, policía militarizada) hacia los
internos y hacia nuestros familiares", añadió Uzcátegui.

Además de que la mayoría de los 24.360 presos en Venezuela no
tienen una sentencia en firme, debido a demoras procesales admitidos
por los tribunales, el hacinamiento y la violencia caracteriza la
situación penitenciaria venezolana.

Camero, que repitió que ha sido bien tratado, quedó retenido en
el Rodeo II cuando llegó el jueves a supervisar una requisa de armas
que soldados de la GN iban a realizar a los reclusos y a la que
éstos se negaron en el último momento.

El defensor del pueblo señaló ayer, asimismo en una llamada
telefónica a Globovisión, que los reos le aseguran "no creer en una
salida pacífica, ni en las autoridades penitenciarias" porque "están
cansados de que el Estado no atienda sus demandas", aunque "están
dispuestos a acatar la autoridad, pero bajo criterios de respeto".

El año pasado murieron 422 reclusos en la treintena de cárceles
venezolanas, cifra que se incrementa a 3.664 en diez años, según la
ONG Observatorio Venezolano de Prisiones que también ha sido
invitada por los presos a participar en el diálogo que reclaman.