“Consideren qué sucede cuando tenemos un sistema de inmigración… que no es aplicado y es inaplicable.  Dar la apariencia de “severidad”, con lo poco que este sistema permite acaba siendo arbitrario e injusto”.

Esta aseveración era parte de una fuerte súplica al Congreso urgiéndole por la aprobación de una reforma migratoria allá en junio del 2007.  El ruego provenía de la entonces gobernadora de Arizona Janet Napolitano, quien se convirtiera luego de dos años en la Secretaria de Seguridad Nacional, del gobierno  Obama.

Ahora bajo la secretaria Napolitano, la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE) continuó auditorias de empleo contra un empresa textil ubicada en el centro de Los Ángeles, lo que desató en el anuncio hace un mes de que ‘American Apparel’ despediría a 1.500 trabajadores.  Esta investigación, que comenzó durante la administración Bush en el 2007, evidenció irregularidades en los documentos de identidad presentados por trabajadores al momento de su contratación.

‘American Apparel’, la fábrica símbolo por más de un motivo, tanto buenos como cuestionables, sí hizo algo que muchos otros empleadores de “inmigrantes no autorizados” nunca quisieron: Pagó remuneraciones dignas (entre 26 y 65 por ciento superiores al mínimo federal), dedujo impuestos y brindó seguro de salud a todos sus trabajadores, muchos de los cuales habían servido a la compañía diez años o más.

Este episodio de “severidad” en la aplicación de la ley pese a su civilidad en no acorralar arbitrariamente a los trabajadores, aún así es esencialmente injusto.  La reforma migratoria aún o se ha dado, y hasta ese entonces la administración Obama mal puede contentarse con ejecutar una ley caduca e intrínsecamente injusta. 

Secretaria Napolitano usted afirmó en el 2007 que “nuestro actual sistema de inmigración es un desastre”.  ¿Por qué entonces se empeña en blandir esta arma rota?  Hace dos años usted tuvo la presencia moral y mental de cuestionar al Congreso sobre si el actual sistema de inmigración era “un sistema justo”, “una política sabia” o siquiera una “buena seguridad nacional”.

¿Continuará usted agravando la existente devastación?