Los cárteles internacionales obtienen
anualmente 64.339 millones de dólares por las ventas a los
consumidores en Estados Unidos, afirmó hoy el ministro de Seguridad
Pública de México, Genaro García Luna.

Esa afirmación la hizo el ministro durante una intervención en el
foro internacional "Inseguridad, Dolor Evitable. Acciones de Paz",
organizado por la Organización Demócrata Cristiana de América
(ODCA), en la mexicana Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos.

Explicó que entre las mafias de distribución el valor de lasdrogas en Estados Unidos es de 17.396 millones de dólares, con lo
que triplican las ganancias en las ventas al por menor.

Las drogas que los cárteles internacionales introducen a Estados
Unidos son marihuana, cocaína, heroína, anfetaminas y éxtasis.

García Luna destacó ante representantes de América Latina, España
y Alemania que el crimen organizado es un riesgo para la seguridad
pública y nacional del hemisferio.

Señaló que de acuerdo con los datos de organismos internacionales
la producción de cocaína en Colombia, Perú y Bolivia se ha mantenido
estable en los últimos nueve años, con un promedio de unas 900
toneladas anuales.

Explicó que en 2007 el precio de la cocaína por kilogramo al por
mayor pasaba de 2.198 dólares por kilo en Colombia a 12.500 dólares
cuando llega a México, y se elevaba hasta 97.400 dólares en Estados
Unidos y a 101.490 dólares en Europa.

Admitió que México ha pasado de ser un país de tránsito a
consumidor de drogas y los adictos mexicanos gastan una media de 431
millones de dólares anuales en estupefacientes.

El ministro precisó que las organizaciones criminales aprovechan
el fenómeno de la globalización para expandir sus actividades a
través de la apertura de los mercados financieros y el desarrollo
tecnológico.

Asimismo, destacó que la delincuencia organizada participa no
solo en el trasiego de droga, sino en el tráfico de armas, de
personas, contrabando, lavado de dinero, robo de vehículos,
secuestros y extorsiones.

Además, señaló que los grupos delictivos promueven la creación de
bases sociales en sus áreas de influencia y buscan desarrollar una
contracultura delictiva en la sociedad.