La campaña de grupos conservadores que exigen que el presidente Barack Obama demuestre su ciudadanía estadounidense ha puesto a la defensiva a la Casa Blanca y podría poner en peligro el puesto del polémico presentador de CNN, Lou Dobbs.

Para sembrar dudas sobre la legitimidad de la presidencia de Obama, grupos conservadores llevan a cabo una campaña por internet, radio, anuncios y carteles en las carreteras, que exige "pruebas" sobre su nacimiento en Hawai.

Pero grupos de corte liberal, entre ellos "Southern Poverty Law Center" (SPLC, en inglés) y "Moveon.org", realizan su propia campaña, incluso en Facebook, para que CNN despida a Dobbs, porque en su programa vespertino ha dado cabida a rumores ya acallados durante la campaña presidencial de 2008.

Richard Cohen, director del SPLC, envió el viernes pasado una carta al presidente de CNN, Jon Klein, en la que acusó a Dobbs de difundir "falsedades y racistas teorías de conspiración" y afirmó que si CNN se precia de ser "respetable", no debería emplear a reporteros que difunden "propaganda falsa".

"Es hora de que CNN elimine al señor Dobbs de sus transmisiones", aconsejó Cohen en la misiva.

Booth Gunter, un portavoz de SPLC, dijo hoy a Efe que su grupo no ha recibido respuesta de CNN, e insistió en que "la cadena debe sacar del aire a voces irresponsables".

La Constitución permite la candidatura presidencial únicamente a quienes hayan nacido en territorio estadounidense y, según estos grupos, Obama nació en Kenia -su padre fue un inmigrante de ese país- y por lo tanto no puede seguir gobernando.

La directora del Departamento de Salud de Hawai, Chiyome Fukino, afirmó el lunes que vio el certificado de nacimiento de Obama, que confirma que el mandatario nació en Honolulu el 4 de agosto de 1961.

Los archivos originales, señaló Fukino, "verifican que Barack Hussein Obama nació en Hawai y es ciudadano estadounidense de nacimiento. No tengo nada que añadir a estas declaraciones o a la que hice inicialmente en octubre de 2008".

Pero sus palabras no han aplacado la polvareda levantada por grupos de derecha en los tribunales y en los medios de comunicación, liderados por activistas como la abogada Orly Taitz.

Mientras, un grupo de once legisladores republicanos promueve un proyecto de ley que, de ser aprobado, exigirá a futuros candidatos presidenciales someter su certificado de nacimiento como prueba de su ciudadanía.

Una resolución aprobada por la Cámara de Representantes de EEUU, incluso con votos republicanos, para conmemorar el 50 aniversario de la anexión de Hawai, incluyó una referencia al nacimiento de Obama en ese estado.

Lou Dobbs, conocido por su incesante campaña contra los inmigrantes indocumentados, decidió involucrarse en la controversia cuando empezó a darle foro a las acusaciones el pasado día 15.

En su programa, Dobbs exigió ver el certificado de nacimiento "original", pese a que, según indicó el diario "Los Angeles Times", Klein dio por muerto el asunto.

En general, los líderes republicanos, reducidos a la minoría en el Congreso, y reconocidos comentaristas conservadores como Bill O'Reilly y Ann Coulter, han buscado distanciarse de lo que han tachado como una "locura".

El asunto sobre si Obama es o no ciudadano legítimo de EEUU ha causado cierta distracción para la Casa Blanca, inmersa en una campaña para que el Congreso apruebe la reforma más extensa del sistema nacional de salud.

Preguntado sobre la insistencia de estos grupos, que en inglés se hacen llamar "birthers", el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo el lunes que sus acusaciones son producto de una "ficción sin sentido".

Gibbs lamentó que, "por quince dólares, puedes conseguir una dirección en internet y decir lo que quieras".

La polémica no parece haber ayudado a atraer audiencia a Dobbs ya que los informes señalan que los niveles de audiencia de su programa continúan en caída.

Al analizar los datos de la empresa Nielsen, el diario "The New York Observer" ha señalado que, desde el inicio de la controversia, el programa de Dobbs ha tenido una caída del 15 por ciento en su audiencia total y un 27 por ciento en el codiciado grupo de televidentes entre 25 y 54 años de edad.