Determinar qué se debe consumir en mayor o menor cantidad depende de los requerimientos nutricionales individuales, o las funciones que cumplen las sustancias que consumimos a diario.  Por ello es importante que reconozcamos los componentes de cada alimento, para evitar excesos y mantenernos saludables.

Lo primero que se debe considerar para alimentarse saludablemente son los “Grupos de Alimentos”, que es la clasificación de los mismos de acuerdo con sus componentes nutricionales.  De cada uno se debe consumir una cantidad diferente, por lo que es imprescindible medir las porciones en cada comida. 

La pirámide nutricional es la manera más práctica para recordar en qué cantidad ingerir cada grupo de alimentos.

En la base de la pirámide nutricional encontramos las harinas y los cereales, como el arroz, papa, pan, pasta, entre otros.  Los alimentos que conocemos principalmente como “harinas” contienen carbohidratos, sustancias que en el metabolismo corporal se transforman en ATP.  El ATP, en otras palabras, es el combustible que le permite al cuerpo realizar movimientos y desarrollar procesos mentales. El ATP es un azúcar simple, motivo por el que los carbohidratos deben consumirse moderadamente en algunos casos especiales, como la diabetes, la hipertensión, entre otros.

 El segundo peldaño de la pirámide está compuesto por las frutas, verduras y otros vegetales.  Este grupo de alimentos se caracteriza por su alto contenido de fibra que ayuda a regular la digestión y mantener limpio y saludable el sistema digestivo. Las vitaminas no cumplen una función estructural, pero median los procesos de asimilación de nutrientes, por lo que su consumo es esencial para facilitar otros procesos dentro del cuerpo humano.

 El tercer peldaño está compuesto por las carnes los lácteos y -en menor medida- por las leguminosas (granos).  Estos contienen en su mayoría proteínas, sustancias que constituyen en mayor proporción la constitución y generación de los tejidos del cuerpo.  Su consumo debe proporcionarse en una medida inferior a la de los carbohidratos, pero debe garantizarse casi a diario.

 En la cúspide de la pirámide nutricional se encuentran los alimentos grasos y los dulces.  Su aporte es principalmente energético, y ayuda a mantener la temperatura corporal.  Su consumo en exceso es el principal causante del aumento de peso y de los problemas cardiovasculares, por lo que se debe evitar un consumo a gran escala de este grupo de alimentos.  Actualmente el estilo de vida de la sociedad occidental ha propiciado el consumo de grasas y dulces en mayor proporción, motivados por la facilidad para su preparación y su sabor agradable.

 Ahora tenemos un mayor conocimiento sobre la importancia de la nutrición balanceada, sabemos que los excesos en cualquiera de los grupos de alimentos es nocivo, y que por ello debemos alimentarnos adecuadamente para cumplir con nuestras actividades cotidianas y conservar una mente saludable.