Aquí buscan a estudiantes que van a la escuela de verano porque quieren.

“Si tu estás entre los mejores estudiantes de tu escuela, tenemos un programa aquí para tí”, dijo Beverly Wallace, encargada del programa Summer Bridge de la escuela secundaria Lincoln.

A diferencia de la mayoría de las escuelas de verano del Distrito que ofrecen clases de regularización para estudiantes que reprobaron su curso, el programa Summer Bridge también se enfoca en apoyar a todos los estudiantes recién graduados de octavo grado en su transición a la escuela secundaria.

“No es obligatorio venir al programa, pero yo trato de hacer que los padres entiendan lo importante que es”, dijo Wallace.

En pequeñas clases de entre 10 y 15 alumnos, los estudiantes aprenden matemáticas, ciencia e inglés, recibiendo más atención individual de lo que sería posible en la escuela regular.

Además, el programa es una oportunidad para la creatividad.

Los niños realizan actividades en equipo, juegan deportes, y también hacen viajes a museos y otras diversiones.

Brittney Santos, quien está en la clase avanzada de Summer Bridge, contó que decidió matricularse porque el programa le ofrecía créditos adicionales.

“Aquí te enseñan de verdad, no es como otros programas donde dicen que van a hacerlo y después no te enseñan nada”, dijo mientras miraba metales en un microscopio.

“También nos hablan de la universidad, y de lo importante que es estudiar”, dijo.

Lincoln High School es una de siete escuelas calificadas como “persistentemente peligrosas” por el Distrito Escolar de Filadelfia, las cuales recibieron fondos federales del Departamento del Trabajo para ofrecer programas de apoyo adicionales durante tres años.

Además del programa de verano, la escuela Lincoln implementará a partir del próximo año una academia separada para el noveno grado, para seguir trabajando con estos estudiantes.

“Perdemos a muchos de nuestros estudiantes de noveno grado”, dijo Wallace, quien agregó que muchos factores, incluyendo las pandillas, la pobreza, la violencia y las diferencia de idioma hacen que el primer año de enseñanza media sea muy difícil para muchos de sus estudiantes.

Santos dice estar un poco nerviosa de entrar a Lincoln, el cual es mucho más grande que Ethan Allen, su antigua escuela.

Además del 40 por ciento de hispanos, hay estudiantes afroamericanos, africanos, albaneses y asiáticos en esta escuela de 2 mil estudiantes.

Wallace es optimista a pesar de estar trabajando en una escuela “peligrosa”.

“Nunca me sentí intimidada. Soy de Filadelfia, conozco la ciudad, entonces, sabes que, me sentí como en casa”, dijo.