Cuando Sonia Sotomayor fue nominada para la Corte Suprema, la comunidad con diabetes tipo 1 acogió la noticia con orgullo, como una prueba de que la diabetes ya no es más una condición limitante.

Esta enfermedad de la diabetes tipo 1, es muy común entre los niños, Sotomayor fue diagnosticada a la edad de 8 anos, y ahora son más los niños que la tienen. En la diabetes tipo 1, también conocida como diabetes dependiente de insulina o diabetes infantil, las células beta pancreáticas que producen la insulina son destruidas por un proceso auto inmunológico.  Los diabéticos tipo 1 deben controlar sus dietas y requieren de insulina múltiples veces al día para controlar los niveles de azúcar en la sangre y prevenir un coma diabético.

En la diabetes tipo 1, el páncreas no produce insulina. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa penetre en las células para suministrarles energía. Sin la insulina, hay un exceso de glucosa que permanece en la sangre. Con el tiempo, los altos niveles de glucosa en la sangre pueden causarle problemas serios en el corazón, los ojos, los riñones, los nervios, las encías y los dientes.

 Los profesionales de la salud no saben la razón por la que los números se están elevando ni exactamente qué causa la diabetes tipo 1, pero el médico Soumya Adhikari, profesor auxiliar de pediatría de UT Southwestern Medical Center, dijo que las señales de advertencia son claras.

“Lo más importante que hay que observar en cuando alguien comienza a ir al baño (a orinar) todo el tiempo y a beber líquidos todo el tiempo,” dijo Adhikari, quien ejerce en el Children’s Medical Center en Dallas.  “Con el calor de Texas, las personas normalmente ven esto y piensan ‘Hay calor – probablemente están orinando más debido a que están bebiendo más líquido debido al calor,’ y nueve de 10 veces esto es correcto.  Pero, si es algo atípico en comparación con lo que hicieron el verano pasado, o si están bajando de peso o se ven enfermos, probablemente vale la pena por lo menos considerar hacerse un examen de azúcar en la sangre.”

Otros síntomas incluyen dolor abdominal, cambios repentinos en la visión, mareos, nausea y respiración pesada y con dificultad.

Sentir mucha hambre o cansancio y presencia de llagas que tardan en sanar también son señales de alarma.

Se aconseja que los padres estén atentos a los cambios que tienen sus hijos, para prevenir cualquier tipo de enfermedad.