Rodeados de la magia de
Walt Disney World, mil inmigrantes de 109 países y cinco continentes
se convirtieron hoy en ciudadanos estadounidenses en una ceremonia
celebrada a las puertas del popular Castillo de la Cenicienta.

Como preámbulo a la celebración del Día de la Independencia,
mañana 4 de julio, los nuevos ciudadanos, en su mayoría de origen
hispano, prestaron juramento en una fiesta de diversidad étnica y
cultural donde la insignia tricolor estadounidense estaba en todo
tipo de objetos: pendientes, pañoletas, bufandas y abanicos rojo,
azul y blanco.

Los nuevos ciudadanos provienen de países tan lejanos como
Australia y Bélgica y tan cercanos como Cuba, República Dominicana,
México y Canadá.

La jura se hizo en el Parque Magic Kingdom, de Walt Disney World,
en el área de Orlando, y los nuevos ciudadanos recibieron la
bienvenida a su nueva patria por parte del actor de origen cubano y
ciudadano naturalizado, Andy García, protagonista del filmes como
"Los Intocables" y "El Padrino".

García recordó que él fue también un inmigrante cuando su familia
salió de Cuba huyendo del régimen de Fidel Castro.

El actor dijo a los nuevos ciudadanos que, al igual que él, todos
comparten el común denominador que no está definido por la raza o el
origen sino por el amor y el apego a este país y les encomió a no
perder de vista las oportunidades que Estados Unidos ofrece a los
inmigrantes.

También escucharon las palabras de bienvenida de Michael Aytes,
director interino del Servicio de Inmigración y Ciudadanía de
Estados Unidos, así como de Meg Crofton, presidenta de Walt Disney
World.

Una de las mil personas que prestó juramento fue la ecuatoriana
Grace Marrero, de 33 años, quien escuchó emocionada el himno
nacional de Estados Unidos, mientras ondeaba con energía la bandera
tricolor.

"Este es un momento inolvidable para mi, la realización de un
sueño que me llena de muchas emociones y que me hace llorar, porque
al fin logré convertirme en ciudadana (estadounidense), dijo a Efe
la joven con sus ojos verdes aún húmedos y que contrastaban con el
rojo, blanco y azul de sus pendientes.

Marrero, quien vino desde Guayaquil con una visa de estudiantes,
pensaba estudiar fotografía y regresar a su país, pero el amor,
aseguró, le cambió los planes hasta tener hoy una segunda patria, al
igual que los otros 999 personas, de edades comprendidas entre los
18 y 82 años.

El presidente de EEUU, Barack Obama, dio la bienvenida a los
nuevos ciudadanos en un mensaje de audio grabado en el que les
encomió a mostrar el espíritu estadounidense y a luchar por este
país.

Al igual que Marrero, la colombiana Luz Cabrera, de 61 años y su
esposo, el cubano Santiago Cabrera, de 72 años, se hicieron
ciudadanos motivados por el amor y el agradecimiento a esta nación.

Estados Unidos "nos ha brindado tanto, y por eso sin saber inglés
nos pusimos a estudiar duro, como dos caballos, para aprendernos
todas las preguntas del examen de ciudadanía que pasamos sin
problemas", señaló Santiago.

Los mil nuevos ciudadanos celebraron su nueva patria con el
estruendo de fuegos artificiales y serpentinas, y concluyeron con un
recorrido por el renovado Salón de la Fama Presidencial, una
atracción que presenta momentos históricos de Estados Unidos y que
incluye estatuas de los 44 presidentes del país.