El popular programa de la televisión
argentina "Gran Cuñado", parodia política de "Gran hermano", puso
hoy color a las elecciones del país al enviar a sus humoristas a
acompañar a los verdaderos candidatos en los comicios legislativos.

Un hombre disfrazado de pingüino, personaje con el que se
identifica el ex presidente Néstor Kirchner apareció además en la
mesa electoral de la provincia de Buenos Aires donde votó el esposo
y antecesor de la jefa del Estado, Cristina Fernández, principal
candidato a diputado por el oficialismo peronista.

A pesar de sus esfuerzos, el personaje no recibió mayor atención
de Kirchner, quien votó por primera vez fuera de su provincia natal,
Santa Cruz (sur), donde gobernó durante doce años, ya que trasladó
su domicilio a la residencia presidencial de Olivos, en las afueras
de la capital argentina, para presentarse como candidato por la
provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país.

Kirchner comentó que espera el regreso de su esposa, quien vota
en Río Gallegos, capital de Santa Cruz, junto con Florencia, hija
menor del matrimonio, que debuta como electora en estos comicios, en
los que se renovará la mitad de los 257 escaños de diputados y un
tercio de los 72 del Senado.

El empresario y peronista disidente Francisco De Narváez,
principal rival de Kirchner, votó en una mesa de la ciudad
bonaerense de Luján, después de hacer fila junto a su sosias de
"Gran Cuñado", el actor Roberto Peña.

De Narváez, que encabeza la lista de Unión-Pro, formada por
peronistas disidentes y la conservadora Propuesta Republicana (Pro),
intercambió sonrisas con su imitador y con los votantes que
esperaban en su mesa electoral de Luján, a 60 kilómetros de la
capital argentina.

Dijo que vive esta elección "muy feliz", mientras quedaba en un
segundo plano un joven disfrazado como el cantante estadounidense
Michael Jackson, fallecido el jueves.

También en el colegio donde votó el jefe del Gobierno de Buenos
Aires, el conservador Mauricio Macri, apareció su "doble" en "Gran
Cuñado", el humorista Martin Bossi, quien también encarna en la
parodia televisiva a la presidenta Cristina Fernández.

Elisa Carrió, candidata a diputada del opositor Acuerdo Cívico y
Social (ACS) en la capital argentina, ignoró por completo a su clon
de "Gran Cuñado", el actor Mauricio Jortack, quien se esforzó por
atraer su atención en la mesa electoral del exclusivo barrio de
Recoleta.

"No voten mirando 'Gran Cuñado'", había dicho Carrió hace unos
días, cuando también afirmó que participar en esa parodia política
-que ha batido récords de audiencia en Argentina- era un límite "que
no podría pasar jamás" porque se lo impide su "dignidad humana".

"Gran Cuñado" alcanzó una audiencia de 4,2 millones de
espectadores el jueves pasado, cuando el conductor, Marcelo Tinelli,
y el doble de Kirchner, hablaron por teléfono con el ex mandatario,
quien luego de días de incógnita optó por no acudir personalmente al
programa.

Unos 28 millones de argentinos están convocados a las urnas en
estas elecciones, en las que además se renuevan legislaturas
provinciales y municipales, y el Gobierno de Fernández pone en juego
la mayoría oficialista en el Parlamento.

Los comicios comenzaron con demoras por la impuntualidad de
autoridades de mesas electorales, además de algunos fallos en la
organización, en medio de medidas de prevención por el avance de la
gripe A, que hasta ahora ha costado 26 muertos e infectado a 1.587
personas.

Gabriela Michetti, candidata de Unión-Pro y favorita en las
encuestas en la elección de diputados por la capital argentina, tuvo
que votar en un cuarto improvisado porque en su mesa electoral no se
previó un acceso para la silla de ruedas que usa a causa de la
parálisis que sufre.

"Estoy muy contenta. Esta ha sido una campaña muy agresiva, tensa
y muy embarrada", apuntó sin hacer comentarios sobre el
contratiempo.

En las mesas electorales de la provincia de Buenos Aires, donde
se registra la mayor cantidad de víctimas de la gripe A, se proveyó
de alcohol en gel y almohadillas húmedas para pegar los sobres de
votación sin usar saliva.

En el populoso conurbano bonaerense que rodea a la capital
argentina muchas personas acudieron a los comicios con mascarillas,
al igual que algunas autoridades de mesa electoral.