Hace un año cuando Estados Unidos estaba a la víspera de las elecciones primarias presidenciales, el incansable llamado a los hispanos era a votar como única forma de reivindicar los derechos de esta gran minoría, especialmente a propósito de la anhelada reforma de inmigración.

Si para ese entonces era una tarea incansable hacer reflexionar sobre la importancia del voto en las presidenciales, esta semana es aún más difícil concienciar sobre la importancia de una elección que pasa desapercibida: La de jueces, contralores y fiscales.

Sin embargo, para la comunidad latina debería ser crucial cuando apenas se trata de recuperar de la injusticia cometida en una corte del condado Schuylkill (PA) contra el inmigrante indocumentado Luis Ramírez, quien murió en Shenandoah tras una golpiza por parte de jóvenes estudiantes que le gritaron epítetos raciales.

Las absolución de dos de ellos de los cargos más graves -que ha causado indignación entre la comunidad, no solamente la hispana- se debió en gran parte a la que ha sido señalada como una pobre presentación del caso por parte del fiscal James Goodman; tanto que la investigación está ahora en manos del Departamento de Justicia.

Claro que no debe ser fácil saber ¿Cómo escoger un buen fiscal?

Por ejemplo, esta semana ninguno de los seis candidatos a la Fiscalía de Filadelfia conocía del caso de Ramírez, pese a que ese es su ámbito de trabajo y a que el caso tiene impacto nacional.

Hicieron, no obstante, reflexiones sensatas acerca de los crímenes de odio contra inmigrantes:”Los crímenes de odio suelen ser crímenes de ignorancia”, “Esos casos deben ser altamente publicitados”, “Cualquier funcionario debe trabajar para proteger cada miembro de su comunidad”, ”Hay que mostrar condenas ejemplares para quienes cometen estos crímenes”, “El hecho de que una persona sea señalada por su raza no lo podemos tolerar“…

Nada eso sucedió con el caso de Shenandoah, a dos horas de Filadelfia. Al fiscal Goodman, por su puesto, también lo criticó, la republicana Christine A. Holman, quien busca desbancarlo en las elecciones de este martes.

La candidata dijo que en el caso de Ramírez “quizás las pruebas presentadas no fueron suficientes” y que ella “hubiera llevado el caso personalmente y no dárselo a un asistente como hizo Goodman”.

Claro que si se trata de escoger en el condado Schuylkill entre Goodman y Holman, está un poco difícil, pues la candidata consideró que el caso de Ramírez “fue una pelea callejera que terminó en tragedia”.