El reverendo Miguel Rivera dice que no le dejaron otra opción que la desobediencia civil para presionar una reforma migratoria.

Aunque se queja que nunca utilizó la palabra boicot, ese es su polémico llamado desde los púlpitos para que los indocumentados no se dejen contar en el Censo 2010.

El líder evangélico de CONLAMIC considera que no hay otra opción: El presidente Barack Obama prometió una reforma migratoria en su primera año, pero ahora se nota su “ambivalencia”. Además, considera al jefe de gabinete Rahm Emmanuel un mal consejero para el tema de inmigración. “No le tengo confianza. Él no ha dado señas de ser amigo de la reforma”, dice y le cuestiona que apoyó la iniciativa que generó la anti-inmigrante 287-G, que otorga poder de inmigración a autoridades locales.

Por otro lado, aunque Rivera agradece que ahora hay el apoyo económico de los sindicatos a la reforma migratoria, cuestiona que no les ve mucho “entusiasmo” y le parece que es más por conveniencia.

Dice también que ni siquiera la “evidencia moral-familiar” de separación de familias que ha dejado ver la gira migratoria del congresista Luis Gutiérrez, ha conmovido al Congreso de EEUU. Para Rivera, la gota que derramó el agua fueron las audiencias en el Congreso sobre el ya “trillado tema de reforma migratoria integral”, pues señala que simplemente envían el mensaje: “No estamos convencidos de que debemos hacerlo”. Critica a Nancy Pelossi, presidenta de la Cámara de Representantes, por permitir dichas audiencias.

Conclusión: El llamado a sus feligreses al boicot, y enseguida saltaron en contra la oficina del Censo, la Bancada Hispana del Congreso, NALEO, los obispos católicos, la extrema derecha y hasta otras congregaciones evangélicas hispanas como la NHCLC.

“Sí, sabemos que es una postura radical y asumimos la responsabilidad”, reconoce Rivera. “Pueden hablar todas estas organizaciones que nos critican, que somos irresponsables, pero si no nos unimos y ponemos presión en el Congreso esto no se va a resolver”.

¿Cuáles son los fuego que usted dice enfrenta Obama para sacar adelante una reforma migratoria?

Hay presión de la comunidad negra americana, ellos están conscientes de que legalizar 12 millones de personas indocumentadas, la mayoría latinos, pone una presión violenta política en las comunidades que hay presencia negra; estoy hablando de Georgia, del área de California, Ohio.

¿Pero que importan estos fuegos si es la Cámara de Representantes la que tiene la palabra sobre una reforma?

Las instrucciones aparentemente de la legislatura son: “Vamos a esperar por el presidente Obama”, y concuerdan con las declaraciones de Cecilia Muñoz (directora de Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca) de que en mayo el presidente hablará sobre el tema… ¿Qué razón hay para que sea el Congreso el que espere que el presidente haga una declaración? Eso no lo entiendo. Están esperando el proyecto, quizás los ingredientes del proyecto… lo cual confirma que el presidente debe de estar recibiendo fuego de muchos sectores porque ese proyecto aparentemente va a ser multi-cefálico. El presidente está en una posición difícil, mucho más difícil de la que estaba Bush; Bush tuvo un estado de anarquía en su partido, el presidente Obama tiene un estado de espionaje en su partido, él mismo no sabe quién está realmente con él, y tiene que cuidarse mucho y eso es lo que está haciendo.

Usted dice que la mayor presión ahora es en la Cámara de Representantes ¿Cuál específicamente?

Es la presión de no perder. Haber ganado el partido Demócrata la Cámara de Representantes es una victoria histórica que ellos no quieren perder y muchos de los representantes demócratas están en sillas prestadas,  vienen de distritos conservadores y ellos están en peligro de que si se exponen demasiado con un tema tan radioactivo podrían perderlo. Es una combinación de que no quieren perder el poder legislativo ni unos votantes afroamericanos que son la espina dorsal del partido demócrata.

¿Cómo toma CONLAMIC una decisión tan polémica de llamar a un boicot?

Los pastores evangélicos tomamos la decisión que sabíamos que iba a ser solitaria, como la estamos sufriendo, pero es que esa es la función  de la iglesia… tenemos una responsabilidad inminente de demostrarle al Congreso que ellos están en la obligación moral de cumplir con un pueblo.

¿Por qué no le gusta la palabra boicot si en últimas eso es la desobediencia civil que está proponiendo?

No estamos boicoteando al Censo, nosotros tenemos miembros que son ciudadanos legales y tenemos indocumentados. Lo que queremos es educar a nuestros hermanos indocumentados, darles poder, hacerles saber unas evidencias que son claras... porque nos preguntamos ¿De dónde ha salido este sentimiento anti-inmigrante? y descubrimos que comienza a florecer a partir de la información del Censo 2000. El primer ejemplo son los 63 condados que tienen implementado la 287-G, todos tienen incremento latino, indocumentados, así que políticos que no tienen más que hacer han aprovechado para hacer política anti-inmigrante.

¿Usted ha trabajado con Gutiérrez, qué le ha dicho él sobre el boicot?

No hemos entrado en detalle… La Junta Directiva de CONLAMIC tomamos a solas esta decisión porque sabíamos que era muy radical. El Caucus Hispano se expresó ya, dijo que no era prudente desde el punto de vista económico, los mismos argumentos que no tienen valor… Creo que ellos necesitan mantener esa oposición, pero detrás de la puerta yo creo que a ellos les gusta lo que estamos haciendo.

La extrema derecha ha utilizado su iniciativa en contra de los inmigrantes ¿Qué piensa de eso?

Me tocó de sorpresa el ataque de la extrema derecha, ese sí me ha dolido, para ese no estaba preparado… pero ellos todavía no han encontrado el ángulo, están divididos.

¿Cuánta gente mueve CONLAMIC?

Yo calculo cerca de 3,6 a 3,8 millones (el 38% son indocumentados), de más de 20 mil iglesias.

¿Y si le alcanza para un boicot?

Sí claro...

¿Cómo puede garantizar que sus feligreses va a boicotear el Censo?

Ahí es donde entra el problema de la hipocresía; NALEO sabe que en el Censo 2000 más de un 40% de los indocumentados no se dejaron contar… lo que nosotros estamos haciendo técnicamente no es mucho el esfuerzo que necesitamos; después de siete años de redadas y deportaciones, ellos no quieren abrir la puerta.

¿De cuántos feligreses desobedientes  está hablando?

Me atrevo a pensar que estamos cerca del millón.

Usted acusa a la iglesia evangélica blanca de haberlos abandonado en la pelea por una reforma en el 2005 porque son republicanos y solo se meten con asuntos morales ¿No queda muy mal la iglesia evangélica con esas divisiones?

Definitivamente, pero son unas verdades históricas que ellos no han sanado. Nos ven a los latinos como la misión que nosotros atendemos: “Que estén contentos que les permitimos que carguen el nombre de nuestra denominación”.

¿Dice que se están quedando sólos, quién los abandonó?

Estoy esperanzado en el Consejo Nacional de la Raza, ellos no se han pronunciado, estoy esperanzado de Frank Sharry que tampoco lo ha hecho…

¿Qué pasó con las marchas, no funcionaron?

Funcionan cuando hay un liderato unido, pero a nivel nacional no lo tenemos, el deseo sí, pero no la agenda... es muy lamentable.

 Participe en este debate!

¿Considera que debe haber algún tipo de presión, como marchas o un boicot al Censo, para presionar una reforma migratoria integral?