Los hispanos que viven en EE.UU. se
beneficiaron del boom inmobiliario que comenzó a mediados de los 90,
si bien ahora sufren con mayor intensidad la crisis del sector, ya
que contrataron hipotecas de alto riesgo a un tipo de interés más
alto, según un estudio dado a conocer el martes.

El Centro Hispano Pew publicó un estudio que analiza la evolución
del mercado inmobiliario entre 1995 y 2008.

El informe desvela que los hispanos y los afroamericanos pidieron
"muchos más" préstamos de hipotecas subprime, y por tanto pagaron
más intereses por los préstamos y acumularon más deuda en proporción
a su renta que los blancos.

En una conferencia de prensa, Rakesh Kochhar, uno de los autores
del informe y director asociado de investigación del Centro Pew,
destacó que los altibajos que el mercado inmobiliario ha
experimentado desde 2005 han reducido la diferencia que existía en
los índices de propiedad de blancos, negros e hispanos.

Pero la brecha, puntualizó Kochhar, sigue existiendo. En 2008,
74,9% de los blancos del país eran propietarios de viviendas,
mientras que en el caso de los hispanos la proporción era de 48,9%.

Además, la crisis de las hipotecas subprime que se extendió en el
país desde 2005 ha hecho especial mella en las minorías, que desde
mediados de los 90 habían sido mucho más activas que los blancos en
el mercado de compra de vivienda.

En 2007, 27,6% de los préstamos hipotecarios concedidos a
hispanos fueron de interés alto, mientras que para los blancos sólo
fue así en 10,5% de los casos.

Asimismo, la cantidad media de los préstamos que los compradores
hispanos solicitaron en 2007 fue de 197.000 dólares, una suma más
elevada que la de los blancos de ingresos similares.

Sin embargo, los autores del estudio se sorprendieron al
comprobar que el aumento de las ejecuciones hipotecarias ha afectado
menos a los inmigrantes que los nativos de EE.UU., pese a que hay
casi 20% más de nativos propietarios que de inmigrantes.

La explicación de este hecho está, según Kochhar, en "las
características cambiantes de los propietarios nacidos fuera del
país".

En 2008, el inmigrante típico había pasado más años en EE.UU. y
tenía más probabilidades de ser ciudadano del país que en 1995.

"Esta mayor estabilidad, asociada a índices de propiedad más
altos, parece haber mitigado algunas dificultades que el mercado
inmobiliario planteaba a los inmigrantes", apuntó Kochhar.

El estudio también analiza la evolución de las ejecuciones
hipotecarias, cuya tasa se triplicó entre 2006 y 2008 hasta alcanzar
un 1,8% este último año.

Según Kochhar, ese incremento provino fundamentalmente de
aquellos condados que se caracterizan por poseer una amplia
comunidad inmigrante, y que se encuentran en su mayoría en los
estados de California, Arizona, Nevada, Florida y Nueva Jersey.

Esto no significa, sin embargo, que la inmigración sea una causa
del aumento de las ejecuciones hipotecarias, precisó Kochhar, que
dudó que exista una relación entre ambos hechos, ya que "los
factores demográficos cambian mucho más lentamente que los
económicos".

Además, las altas tasas de ejecuciones hipotecarias tienen que
ver también con las altas tasas de desempleo, la depreciación de las
viviendas o la desproporción entre los precios de las casas y la
renta de los compradores.