El gobernador de Puerto Rico, el anexionista Luis Fortuño, anunció el miércoles un presupuesto restrictivo de 7.670 millones de dólares para el año fiscal 2009-2010, durante un discurso en el que dijo que se acabó la irresponsabilidad fiscal de la antigua administración.

Fortuño señaló que el presupuesto anunciado representa 1.800 millones de dólares o el 20 por ciento menos que los 9.484 que la antigua administración "irresponsablemente" estableció para el año fiscal que comenzará el próximo mes de julio.

El gobernador del Partido Nuevo Progresista insistió durante su primera alocución en lo que lleva de mandato ante la Cámara de Representantes, una de las dos del Legislativo, en la necesidad de tomar medidas drásticas para poner fin a una política presupuestaria que en sus palabras llevaba a Puerto Rico al precipicio.

Fortuño recordó que el presupuesto vigente, el último de la anterior administración, estaba basado en unas proyecciones de recaudación de 900 millones de dólares por encima de la realidad.

El gobernador anexionista explicó que el nuevo presupuesto tiene que adecuarse al lastre que supone el déficit de caja de 1.900 millones de dólares con que nació el anterior, lo que ha provocado uno estructural de 3.233 millones de dólares.

Por ello, avanzó una reducción a partir del próximo uno de julio de 2.000 millones de dólares en el gasto anual del Ejecutivo, que como reconoció exigirá que todos los puertorriqueños "se ajusten los pantalones".

Recordó que para dar ejemplo él mismo y su equipo gubernamental se han rebajado el sueldo, porque como aseguró "llegó el momento de no gastar más de lo que se ingresa".

Fortuño pasó por encima de su ambicioso plan de despido de funcionarios -podría afectar hasta 30.000 empleados públicos- y se limitó a señalar que habrá que "reducir la nómina gubernamental".

El gobernador justificó el despido de funcionarios como la única manera de no subir impuestos, tras matizar que la iniciativa -los despidos- no es irresponsable y que quienes pierdan sus empleos contarán con el apoyo gubernamental.

El documento presentado por Fortuño se basa en una proyección de crecimiento negativo del Producto Interior Bruto en 2009 del 3,4 por ciento, tendencia que cambiaría en 2010, con un crecimiento en positivo del 0,1 por ciento y del 0,9 por ciento para 2011.

Las arcas puertorriqueñas recaudarán en 2010 un total de 7.670 millones de dólares, cifra que en 2011 llegará a los 7.788 millones de dólares, según las proyecciones del Ejecutivo de Fortuño.

El discurso de Fortuño fue acompañado a las puertas del Capitolio, la sede del Legislativo, por una concentración de agrupaciones sindicales que protestaron contra los planes de despido del Gobierno puertorriqueño.

Los sindicatos, encabezados por el Frente Amplio de Solidaridad y Lucha (FASyL), protestaron contra el plan que recoge la Ley de Despidos Masivos (Ley 7), que puede suponer la pérdida de sus puestos de trabajo para 30.000 funcionarios.

Según datos de la Hacienda puertorriqueña, los salarios de los funcionarios de la isla alcanzan anualmente los 5.500 millones de dólares, lo que supone cerca del 70 por ciento del presupuesto general.