Pedro Feliz y Raúl Ibáñez son dos de las razones porque los Phillies tienen un récord positivo después de sus primeros siete juegos.

Filadelfia tiene marca de 4-3 no obstante su cuerpo de abridores contar con la segunda peor efectividad en la liga (9.00). Los abridores le concedieron la ventaja a sus opositores en seis de sus primeros siete juegos. El bullpen y los bateadores de los Phillies tuvieron que sacarle los cuatro triunfos del buche de los equipos adversarios.

El cuerpo de relevistas de los Phillies contaba con el promedio de bateo en contra más bajo entre todos los bullpenes del Viejo Circuito (.130). Brad Lidge logró continuar su racha de juegos salvados en sus tres oportunidades de rescate. Jack Traschner llenó bien el hueco dejado por la suspensión de JC Romero. Y Ryan Madson lució dominante (5 Ks, O BBs y O H’s en 4 entradas de trabajo).

Mientras el bullpen aguantaba las embestidas del enemigo, los bateadores de Filadelfia, con la ayuda de Feliz e Ibáñez, montaron contraataques.

Feliz bateó ocho imparables en sus 16 turnos al bate en los cuatro triunfos de los Phillies. El antesalista dominicano no ha dado muestras de haber sido operado de la espalda. Feliz contaba con un promedio de bateo de .364 en sus primeros 22 turnos de la temporada y ha sido un contra balance para el lineup lleno de bateadores zurdos de los Phillies. Feliz tenía un promedio de .462 contra los lanzadores zurdos.

Ibáñez bateó siete imparables en 17 turnos al bate en las cuatro victorias. El jardinero de descendencia cubana lideraba el equipo en jonrones (3) y estaba segundo, detrás de Ryan Howard, en remolques (6).

Carlos Ruiz estaba haciendo de su parte también antes de que una lesión en su costado derecho lo sacara del roster activo. Los Phillies colocaron al receptor panameño en la lista de los lesionados por 15 días por cuenta de dicha dolencia. Ruiz bateó tres imparables en sus primeros 11 turnos de la temporada. 

Feliz e Ibáñez no son los únicos héroes de los ataques de los Phillies. Chase Utley (.400), Jason Wyerth (.357), y Ryan Howard (.345) también contribuyeron.

El bateo de los Phillies como conjunto ha mostrado mejor disciplina ante el plato. Al cierre de esta edición, Filadelfia contaba con el número más bajo de ponches como equipo en las Grandes Ligas (35). El promedio de ponches por equipo en las Mayores, hasta los juegos del miércoles era (56). Los Indios de Cleveland lideraban las Grandes Ligas con 85 abanicadas mientras los Nacionales de Washington lideraban la Liga Nacional con 77 ponches.

La baja en el número de Ks entre los Phillies no es un espejismo estadístico. Los Phillies, con la excepción del bateador emergente Matt Stairs, están bateando con un swing más corto y selecto. Su primera victoria vino a raíz de cinco bases por bolas consecutivas del cuerpo de relevo de los Bravos. Para lograr cinco bases por bolas consecutivas, sin embargo, se necesita más que pitchers salvajes en la lomita. Es también necesario contar con bateadores pacientes. Los bateadores de Filadelfia no están jalando la bola tanto. Muchos de los batazos de los Phillies en lo que va de la temporada han sido al bando opuesto o por el medio del diamante. Si los bateadores de los Phillies siguen demostrando dicha disciplina a lo largo de la temporada, el bateo de Filadelfia será mucho más peligroso que el del equipo que capturó la corona el año pasado.