Más de 300 localidades de los 50 estados del país registraron el miércoles protestas
contra el incremento en el gasto público impulsado por la actual Casa
Blanca, que representan la primera protesta de cierto calado contra
Obama.

Los organizadores bautizaron la protesta como "motín del té", en
referencia a la acción emprendida en 1773 por los colonos en Boston,
Massachusetts, que, furiosos por los impuestos aplicados por el Reino
Unido, abordaron barcos y destruyeron cargamentos de té arrojándolos al
agua.

Los manifestantes eligieron el último día para entregar la declaración
de impuestos en el país para protestar contra el uso que el Gobierno
está dando al dinero de los contribuyentes.

"Me parece ridículo que estén recompensando a los bancos y a las
automovilísticas por sus errores", afirmó Joe M., un pequeño empresario
que  se manifestó, junto con algo más de un centenar de personas,
frente a la Casa Blanca.

Los congregados, que claramente no compartían el entusiasmo pro-Obama
de la mayoría del país, coincidieron en manifestar su rechazo hacia el
mayor peso del estado en la economía.

"Todo este endeudamiento es de locos. Obama está conduciendo el país
hacia el socialismo", lamentó Kay Harding, un ama de casa de Virginia,
original Gran Bretaña y nacionalizada estadounidense.

"Nací en el Reino Unido. Conozco las medicinas socialistas y no quiero
que se apliquen aquí", afirmó, en medio de una procesión de pancartas
con mensajes como "Detengamos el gasto" y "¿Podemos llevar el país a la
bancarrota? Sí podemos", en referencia al famoso lema de la campaña de
Obama "Yes we can" (Sí podemos).

El presidente Barack Obama, que ha reconocido que su programa de gasto público
mantendrá el déficit por encima del billón de dólares, prometió responsabilidad fiscal.

"Los estadounidenses están tomando decisiones difíciles en sus
presupuestos y nosotros también tenemos que apretarnos el cinturón en
Washington", afirmó.

Obama se reunió el miércoles con algunas de las familias beneficiarias de su programa de recortes de impuestos, incluida una madre soltera de California de origen hispano, Zoraida Cruz.

La madre de 28 años fue la beneficiaria de una devolución fiscal de 3.700 dólares que utilizó, según un comunicado divulgado por la Casa Blanca, para comprar ropa a su hija Alize y pagar parte de las deudas acumuladas con su tarjeta de crédito.

Cruz es la receptora de un recorte de impuestos que Obama describió como el "más progresista" en la historia del país.

"Hemos aprobado un amplio recorte fiscal para el 95 por ciento de los trabajadores (...). Es el recorte fiscal más progresista en la historia estadounidense", afirmó Obama, coincidiendo con el último día para entregar la declaración de impuestos en el país.

Apuntó que los recortes pondrán 120.000 millones de dólares directamente en los bolsillos de 120 millones de familias estadounidenses y destacó que nunca había tenido lugar una rebaja fiscal que alcanzase a tantos trabajadores estadounidenses.

Señaló, además, que la Oficina Presupuestaria del Congreso ha concluido que los recortes fiscales de este tipo son "tres veces más efectivos" para estimular la economía que los recortes para los segmentos más adinerados de la población.

"Este recorte fiscal también mantiene una promesa fundamental, la de que los estadounidenses que trabajen duro serán capaces de vivir como la gente", afirmó Obama, quien añadió que su plan permitirá que más de dos millones de estadounidenses salgan de la pobreza.

El plan económico de Obama parece satisfacer a la mayoría de la población a juzgar por sus índices de popularidad, que rondan el 60 por ciento, aunque no todo el mundo está contento como pusieron de manifiesto las protestas.