El abaratamiento de los combustibles ayudó a que el Índice de Precios al Consumo (IPC) de EEUU bajara en marzo el 0,1 por ciento, lo que hizo que la tasa interanual se redujera por primera vez desde 1955, informó hoy el Gobierno.

Según el Departamento de Trabajo, en un año el IPC ha bajado un 0,4 por ciento, en tanto que la inflación subyacente, de la que se excluyen los alimentos y la energía, ha sido del 1,8 por ciento, la misma tasa interanual que se registró en febrero pasado.

En marzo los precios se abarataron en un 0,1 por ciento con respecto al mes anterior, algo inesperado, dado que la mayoría de los analistas había calculado un incremento del 0,1 por ciento.

Los precios de la energía bajaron en marzo un tres por ciento con respecto al mes anterior, y los precios de los alimentos disminuyeron un 0,1 por ciento.

Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente en marzo fue del 0,2 por ciento por tercer mes consecutivo.

La disminución interanual que ha registrado en marzo el Índice de Precios al Consumo de Estados Unidos ha reavivado las preocupaciones por una posible deflación, como se define al período prolongado de caída de los precios de bienes y servicios.

Pero el hecho de que la inflación subyacente en 12 meses haya sido del 1,8 por ciento, dicen algunos analistas, revela que las preocupaciones por la deflación podrían ser exageradas.

La mayoría de los expertos cree que la disminución interanual de precios refleja, principalmente, el fin de un alza especulativa en los precios de la energía. En un año los precios de la energía han caído un 23 por ciento.

La Reserva Federal (Fed) de EE.UU., que vigila la inflación en términos de plazos más largos que el dato mensual, considera razonable y saludable una inflación subyacente de entre el uno y el dos por ciento anual.

Ayer el Gobierno informó que los precios a nivel de mayoristas habían bajado un 3,5 por ciento desde marzo de 2008, la mayor caída desde una del 3,9 por ciento en 1950.

El informe del Departamento de Trabajo muestra que en marzo los precios de la vivienda se mantuvieron sin cambios, y los de la asistencia de la salud subieron un 0,2 por ciento, incluido un incremento del 0,6 por ciento en los costos de hospital y servicios relacionados.

Los precios de la ropa bajaron en marzo un 0,2 por ciento y los del transporte un 1,1 por ciento.

Otro informe del Departamento de Trabajo indicó que en marzo las remuneraciones promedio semanales reales se mantuvieron casi sin modificaciones, ya que una disminución del 0,3 por ciento en las horas trabajadas se compensó con un aumento del 0,2 por ciento en las remuneraciones y un IPC más bajo.

Por su parte, la Fed informó hoy que en marzo la producción de las fábricas, minas y plantas de servicios públicos disminuyó un 1,5 por ciento.

La producción industrial de Estados Unidos ha disminuido un 13,3 por ciento desde que comenzó la recesión en diciembre de 2007, lo cual marca la mayor contracción desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando cesó abruptamente la fabricación de equipos bélicos.

Entre marzo de 2008 y marzo pasado la producción industrial ha bajado un 12,8 por ciento.

La caída de la producción industrial -especialmente la fabril, que ha bajado un 15,7 por ciento durante la recesión en la mayor contracción desde 1945 y 1946- refleja los esfuerzos de las empresas para deshacerse del inventario abultado por la reticencia de los consumidores, a quienes les preocupa el desempleo.

Otro aspecto de ese esfuerzo es la abundancia de programas de incentivos para compradores y descuentos en los precios, que contribuyen a mantener la inflación aplacada.