La venta de casas nuevas cayó un 10,2 por ciento en enero en Estados Unidos, hasta las 309.000 unidades, un dato peor del esperado por el consenso de los analistas, según informó el Gobierno.

Se trata, además, de la peor cifra desde que el Gobierno comenzó a seguir la evolución de las ventas de la vivienda en 1963.

El Gobierno indicó que al ritmo actual serían necesarios alrededor de 13 meses para agotar la oferta de viviendas, lo que ejerce presión adicional a la baja sobre los precios inmobiliarios.

El precio medio de las viviendas cayó hasta los 234.000 dólares en enero, una caída del 9,8 por ciento frente al mes anterior.

Los problemas del sector inmobiliario son uno de los principales detonantes de la crisis en la que se encuentra sumido EEUU.

Las ventas cayeron un 5,6 por ciento en enero en la región central del país, un 6,5 en el sur y un 28 por ciento en el Oeste.

La única excepción fue el noreste de Estados Unidos, donde las ventas aumentaron un 12,5 por ciento.

Por su parte, el ritmo de venta de viviendas de segunda mano registrado en Estados Unidos el pasado enero fue el más bajo de los últimos doce años, según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios, que calcula que los precios han caído casi un 15% en un año.

Esa agrupación difundió hoy datos que reflejan que de haberse mantenido durante doce meses seguidos el ritmo de ventas registrado en enero, en EEUU se habrían vendido 4,49 millones de viviendas de segunda mano en un año.

Esa cifra es un 5,3% inferior a la obtenida al realizar ese mismo cálculo sobre los datos de diciembre (4,91 millones de viviendas) y un 8,6% más baja que la registrada para enero de 2008. Además, queda por debajo de lo que preveían los analistas.

Cerca del 45% de las viviendas de segunda mano que se vendieron en enero eran propiedad de personas que tenían problemas para pagar sus letras y para evitar la ejecución de sus hipotecas.

En cuanto al precio de las operaciones, la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios detalló que las compras se hicieron por un coste medio de 170.300 dólares, el más bajo en cerca de seis años.