El presidente saliente de EEUU, George
W. Bush, lamentó el lunes no haber hecho lo suficiente para que se
aprobara la reforma migratoria en 2008, pero advirtió al Partido
Republicano que sea más "compasivo" y tenga una "mentalidad abierta"
hacia los inmigrantes.

Durante su última conferencia de prensa en la Casa Blanca, Bush
se quejó de que persiste la idea de que "a los republicanos no les
gustan los inmigrantes".

"Este partido resurgirá, pero el mensaje del partido tiene que
ser que incluya distintos puntos de vista", afirmó el mandatario.

"Nuestro partido tiene que ser compasivo y tener una mentalidad
abierta", recetó.

En el encuentro, Bush hizo un repaso de sus logros y reconoció
algunos de los errores cometidos por su Gobierno, entre ellos los
relacionados con la guerra en Irak y la respuesta al huracán
"Katrina" en el suroeste del país.

Asimismo, pidió a los republicanos que resistan el aislamiento a
raíz de su derrota en los comicios del pasado 4 de noviembre, y puso
como ejemplo el debate sobre la reforma migratoria.

"Obviamente es un asunto altamente contencioso. Y el problema es
que, como resultado de la ronda inicial del debate, alguna gente
dijo: bueno, a los republicanos no les gustan los inmigrantes",
señaló el mandatario.

Agregó que, si esa es la imagen que persiste de los republicanos,
"probablemente otra persona esté diciendo allá afuera que si no les
gustan los inmigrantes, entonces probablemente no les guste yo
tampoco".

Sin embargo, Bush reconoció que pudo haber hecho más durante su
presidencia para impulsar la reforma migratoria.

"Debí argumentar por la reforma migratoria", dijo Bush, aludiendo
al hecho de que los republicanos hicieron caso omiso a sus presiones
para que respaldaran una amplia reforma que incluyera la
legalización de la población indocumentada.

Esa reforma fue una de sus promesas electorales y le dedicó,
incluso, varios discursos a lo largo de su presidencia. Los
atentados de 2001 sepultaron los intentos de Bush de lograrla.

Desde el viernes pasado y en su adiós del lunes a la prensa, Bush ha
hecho una especie de introspección sobre los aciertos y errores de
su Administración durante sus dos mandatos.

En declaraciones a la prensa de Texas -el estado fronterizo que
gobernó desde 1994 hasta antes de ganar la presidencia en 2000-,
Bush también lamentó el fracaso de la reforma.

"Estoy muy decepcionado de que no pasó. Me preocupa el mensaje
que dice que los republicanos son anti-inmigrantes", afirmó Bush el
viernes pasado, según el diario "The Houston Chronicle".

El domingo, en una entrevista con la cadena televisiva Fox, Bush
dio un jalón de orejas a los republicanos, instándoles a que sean un
partido de inclusión.

Aunque hoy no calificó el fracaso del debate migratorio
llanamente como un "error", sí reconoció que pudo haber hecho más
para que el Congreso aprobara la reforma.

La mayoría de los republicanos y grupos afines argumentaron que
no se podía "premiar" a quienes cruzan ilegalmente la frontera.

También insistieron, tal como lo hizo posteriormente el candidato
republicano, John McCain, en que el Gobierno de EEUU debía primero
reforzar la vigilancia en la frontera sur.

Tal fue la presión que el Congreso aprobó el levantamiento de un
muro en toda la frontera con México, que continúa bajo construcción.

Como miembro del Senado, el presidente electo de EEUU, Barack
Obama, votó a favor del muro pero lo hizo, según explicó, por
entender que la seguridad fronteriza es tan sólo uno de los
componentes de la reforma.

Las declaraciones de Bush sobre la crisis de identidad del
Partido Republicano no sorprendieron a grupos pro-inmigrantes.

"Lo que dijo, lo hemos venido diciendo nosotros: si el Partido
Republicano no cambia su postura respecto a inmigración, corre el
riesgo de volverse un partido minoritario durante décadas", dijo Paco Fabián, portavoz del grupo America's Voice.

"Esperamos que las buenas señales que está enviando el equipo del
presidente electo Obama conduzcan a la aprobación de la reforma.
Obama heredará unas graves condiciones en el país pero, una vez
resuelto el plan económico, esperamos ver un movimiento a favor de
la reforma en otoño de 2009", puntualizó el activista.