Este será el cuarto año que Guadalupe Canchola organiza la serie de posadas mexicanas para esta Navidad.

“Son nueve posadas, pero la última no la hago porque ese día la mayoría está trabajando y hacen individualmente su cena, pero es una posada diaria a partir del 16 de diciembre”, explicó esta residente del sur de Filadelfia y miembro de la organización JUNTOS.

Canchola, originaria de la capital de México,  no dudo en trasladar a Filadelfia esta  tradición, que se organiza mucho antes del 16, cuando se asigna una casa para cada día y los dueños o anfitriones son quienes ofrecerán la comida.

“Los invitados llegamos alrededor de las 6:00 p.m. (o depende) y nos reunimos afuera de la casa para pedir posada igual que lo hicieron María y José. Y cantamos: En el nombre del cielo os pido posada…, y los de adentro nos contestan.Una vez que nos dejan entrar rompemos la piñata que a veces es de siete o de cinco picos”, explicó Canchola, quien cuando vivía en México hacia sus propias piñatas con barro y engrudo.

“Mientras los niños quiebran la piñata cantamos cánticos tradicionales como ‘No quiero oro, ni quiero plata, yo sólo quiero quebrar la piñata’”, agregó.

“Después rezamos un padre nuestro o un rosario seguido de la comida: Tacos, tamales, mole, atole y café y ya después hacemos el ambiente con el baile”, explicó Canchola.

 El año pasado Canchola fue una de las anfitrionas y recibió a 70 personas. “En la última posada una persona es encargada de ser la madrina del niño Dios, recibe a la gente, da de comer, y se arrulla al niño, después se le pone colación en un reboso, la colación son dulces de bolita que tienen cacahuate adentro y son de colores. Después del arrullo toda la gente pasa a darle un beso y, por último, se deja en el arbolito de Navidad”, dijo Canchola.

Pero la  tradición no termina ahí, el niño no se levanta hasta el 2 de febrero, Día de la Candelaria, se viste y se lleva a misa y después se hace otra reunión.

“Es interesante y divertido, porque hasta los villancicos y la piñata se han perdido, la gente no quiere perder esa tradición, quiere que sus hijos que nacieron aquí aprendan, que no pierdan las raíces”, enfatizó Canchola. 

En Colombia las fiestas se inician con La Novenas, que también se reza del 16 al 24 de diciembre. 

“Se reúnen las familias y amistades a las 7:00 p.m. a rezar alrededor del Niño Dios;  cada día es una oración diferente, los niños traen panderetas e instrumentos hechos por ellos mismos para después de rezar cantar villancicos, que tradicionalmente son: Tutaina tuturuma, la nanita nana y el burrito sabanero”, explicó Elizabeth Guaracao.

“Después llega la comida que son buñuelos, natilla, tamales y sabajón. Al final de las novenas, como a las 10:00 de la noche, lo que hay en Colombia es pólvora”, agregó Guaracao.

Otra actividad muy concurrida son las misas de aguinaldo los mismos días, pero a las 5:00 de la mañana. Los católicos tienen fe de  que si se acude a misa por la mañana en esos nueve días, cosas buenas pasan.

“Casi siempre la novena se inicia en la casa materna para terminar de igual manera en la casa materna con la gran cena el 24 ya con todos los familiares, tíos y primos. A mí me gusta mucho porque es una época de unidad familiar, de reencuentro,  porque los que están fuera regresan, la unidad familiar en estas fechas en Colombia es algo muy importante”, dijo Guaracao.

Además, nuestra cultura es tan rica que aparte de nuestras tradiciones cada departamento (estado) le agrega su tradición extra”, mencionó.

La organización JUNTOS del sur de Filadelfia invita a la comunidad a asistir a su posada este próximo 16 de diciembre en el 1154 de la calle 9 a las 6:00p.m., la entrada es gratuita.