El próximo gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño, superó las divisiones dentro de su partido y las críticas de sus contrincantes por su supuesta falta de carácter se alzó con la victoria en las elecciones celebradas el pasado martes.

Fortuño se impuso en las elecciones celebradas en Puerto Rico sobre el gobernador saliente Acevedo Vilá con una ventaja de aproximadamente 11 puntos porcentuales y su formación política, el Partido Nuevo Progresista (PNP), consiguió la mayoría de las alcaldías y de los escaños de la Cámara de Representantes y el Senado.

En las elecciones del martes, el PNP también gano una posición clave y que ocupó Fortuño los últimos cuatro años, la de Comisionado Residente en Washington, que representa al ELA en el Congreso de EEUU con voz, pero sin voto.

Presidente del anexionista Partido Nuevo Progresita (PNP), abogado de 48 años, casado y padre de trillizos, Fortuño ha contado con el respaldo de importantes grupos económicos del país y su experiencia en Washington y anteriormente en el Gobierno puertorriqueño abonaron en su triunfo.

Después de su victoria, Fortuño se comprometió a dirigir un gobierno “que no tolere la corrupción”, garantice “una educación de excelencia y bilingüe”, que proteja los recursos ambientales y que alivie el “bolsillo” de los contribuyentes.

Pero para el líder del PNP, que promueve la incorporación de Puerto Rico a EEUU como estado número 51, el objetivo principal del próximo gobierno será “defender la ciudadanía norteamericana” de los puertorriqueños.

Fortuño enfrentará panorama de recesión y violencia

A partir de enero, Fortuño afrontará una de las situaciones económicas más delicadas de la historia de Puerto Rico que se halla en recesión desde el año 2006 y que se espera siga con un crecimiento negativo el próximo año.

La inflación de este año ronda el 12 por ciento, el índice de desempleo es del 12,1 por ciento y el endeudamiento de las finanzas públicas ha alcanzado niveles sin precedentes.

La mayoría de economistas y representantes de asociaciones empresariales consideran que con el nuevo gobierno y Legislativo elegidos Puerto Rico está obligado a poner en marcha un plan conjunto de los sectores públicos y privados con el fin de establecer un nuevo modelo económico y un nuevo marco institucional.

La recesión económica que sufre Puerto Rico desde 2006 marca la situación del país, junto con los casos de corrupción y la violencia.

En lo que va de año, en Puerto Rico, con unos 4 millones de habitantes, se han perpetrado 671 asesinatos, han aumentado los suicidios, los casos de violencia doméstica y abuso sexual.

Medio millón de niños se quedaron sin clase y 100.000 funcionarios se tuvieron que acoger a una licencia sin sueldo.

Uno de los peores momentos por los que pasó la economía del país fue cuando el déficit gubernamental de mil millones de dólares obligó a cerrar muchas administraciones del Estado durante 15 días en mayo de 2006 porque no había para pagar a los empleados públicos.

Aumentos en los precios de la canasta básica de alimentos como la leche o el arroz, y en las facturas de la luz y el agua, están afectando la calidad de vida de los puertorriqueños.