México y Cuba acordaron repatriar a los inmigrantes de cada país que ingresen ilegalmente en el otro, según un memorándum de entendimiento por el que el Gobierno de la isla acepta por primera vez recibir a todos los ciudadanos detenidos en territorio mexicano.

El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, y los secretarios mexicanos de Gobernación (Interior), Juan Camilo Mouriño, y de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, firmaron en la capital mexicana el acuerdo "para garantizar un flujo migratorio legal, ordenado y seguro entre ambos países".

Pérez Roque explicó que "Cuba se compromete a recibir a emigrantes que hayan llegado directamente por mar a México o que se encuentran de manera ilegal en México o que viajando en otros países de Centroamérica penetren en México intentando llegar a EEUU con la ayuda de las mafias".

Cuba recibía a los emigrantes ilegales hallados en alta mar, pero se negaba a admitir a los cubanos que las autoridades mexicanas detenían en territorio de México, la mayoría en tránsito para entrar a EEUU.

Por medio de este acuerdo, México y Cuba se comprometen a devolver a todos los nacionales de ambos países que se encuentren en "situación irregular" en el territorio del otro, y a "potenciar" la cooperación y el intercambio de información permanente al respecto a través de un grupo binacional de trabajo de asuntos migratorios y consulares.

Durante el acto de la firma, Pérez Roque, quien llegó el domingo a México para cumplir una visita oficial, señaló que el memorándum de entendimiento "contribuirá de manera decisiva al estímulo a la emigración legal, segura, y al ordenamiento de los flujos migratorios".

En EEUU, los cubanos se benefician de la reglamentación denominada "pies secos", según la cual al alcanzar territorio firme estadounidense reciben de forma automática la autorización para permanecer en el país y optar a la residencia, lo que no pueden gozar si son interceptados en el mar.

En una declaración conjunta, Cuba y México pactaron "combatir y prevenir de manera efectiva la migración ilegal, el tráfico ilícito de personas y la trata", y otros delitos asociados como "el robo y el secuestro de naves y aeronaves".

También destacaron la importancia de contar con un esquema de colaboración operativa marítima entre la Armada de México y la Dirección de Tropas Guardafronteras de Cuba para interceptar embarcaciones que lleven migrantes y capturar a los traficantes de personas.

En tanto, aseguraron que protegerán a las víctimas del tráfico ilícito de personas y preservarán sus derechos humanos.

Según Pérez Roque, su Gobierno tiene la voluntad de "poner en vigor cuanto antes y hacer cumplir" los documentos firmados, y reiteró "todo el respeto, cariño y afecto profundo" del pueblo cubano por el de México.

Por su parte, Mouriño manifestó que el nuevo instrumento suscrito permitirá contar con un "marco jurídico más realista" para enfrentar "un nuevo fenómeno migratorio regional".

El responsable de la política Interior de México consideró que todo esfuerzo encaminado para fortalecer la relación bilateral es "una prioridad" para su país.

Según cifras oficiales, México interceptó el año pasado a 3.294 cubanos y en la primera mitad de 2008 se había retenido a 1.296 personas, los cuales fueron liberados.

Actualmente, hay al menos 2.000 cubanos detenidos en estaciones migratorias mexicanas, según Pérez Roque.

Fuentes de inteligencia aseguran, por otra parte, que por México cruzaron el año pasado unos 10.000 cubanos con rumbo a Estados Unidos.

Pérez Roque inició hoy una visita oficial a México, con la que corresponde al primer acercamiento que hubo entre los dos países en marzo pasado, cuando Espinosa viajó a Cuba.

Los contactos se enfriaron durante el Gobierno de Vicente Fox (2000-2006), a raíz de que este pidió a Fidel Castro que acortara su visita a la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo celebrada en la norteña ciudad de Monterrey en 2002, para evitar problemas con el jefe de la Casa Blanca, George W. Bush.