El Gobierno boliviano afirmó hoy que los 26 millones de dólares de ayuda antidroga que recibe de EE.UU. puede ser reemplazada con recursos internos y con la cooperación de Rusia, país con el que inició gestiones en ese sentido.

El viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, encargado de la lucha antidroga en Bolivia, dijo que, tras la expulsión del embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, ése país puede recortar la ayuda norteamericana para enfrentar el narcotráfico.

"Con ayuda, sin ayuda, por una cuestión de política de Estado, el Gobierno continuará al lado de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico en materia de interdicción, secuestro de droga y en racionalización de coca excedente", agregó Cáceres.

No obstante, reconoció que el Estado boliviano puede presupuestar solo 16 millones de dólares, diez menos que los 26 millones que dio Estados Unidos en el última gestión, entre septiembre de 2007 y este mismo mes de 2008.

La ayuda económica estadounidense se destina en Bolivia a asuntos logísticos, combustible, mantenimiento para los vehículos de operación, alimentación, uniformes y bonos que se pagaban a la policía antidroga.

También anunció que el Gobierno boliviano pedirá ayuda a la comunidad internacional que quiera cooperar en esta área y ya realiza gestiones en marcha para una visita a Rusia con ese propósito.

La Embajada rusa en Bolivia le hizo conocer al Gobierno boliviano que puede cooperar en la lucha contra el narcotráfico y darle helicópteros para las operaciones policiales, dijo.

También destacó como una medida "prudente" que el Estado pueda utilizar sus fondos propios en el área porque "Bolivia no puede depender de financiación externa y condicionantes en lucha contra el narcotráfico".

Sin embargo, dijo que también es posible renegociar con EE.UU. las condiciones de su ayuda, pero para que se mantenga bajo los principios de "dignidad, soberanía, transparencia" para que el pueblo boliviano sepa en qué se gastan esos fondos.

Cáceres también distribuyó un informe que señala que desde enero pasado a la fecha, la policía antidroga decomisó 19,6 toneladas de cocaína, de las que cinco provienen de Perú lo que demuestra que Bolivia también es un país de tránsito para los narcotraficantes.

Además la policía erradicó 4.284 hectáreas de plantas de coca excedentes, que sirven para la fabricación de cocaína, y debe cumplir, hasta fin de año, con las 5.000 hectáreas que establece la ley antidroga como mínimo anual.