Una histórica y larga pelea legal sostuvieron indígenas amazónicos en
los tribunales de Estados Unidos contra un farmacéutico que se apropió
nada más y nada menos que del conocimiento tradicional indígena.

Cientos de años les llevó a estos indígenas determinar que una planta, el Yage, curaba ciertas enfermedades… y cuenta la leyenda que el científico estadounidense llegó a las selvas y ofreció a unos nativos un paquete de Marlboro mientras ellos contaron sin recelos las propiedades curativas de la también llamada Ayahuasca.

En su laboratorio —y esto no es leyenda— este conocimiento se convirtió en medicinas para venderlas, incluso, a los propios indígenas.

El tema aquí no es ni los cigarrillos, ni la bio-piratería, como se llama la apropiación de remedios y plantas tradicionales por parte de multinacionales, a las cuales les costaría millones de dólares y años en investigaciones llegar a conocimiento de dichas propiedades curativas.

En esa ocasión, cuando los indígenas ganaron en los tribunales expusieron lo que siempre fue su argumento: Que ese conocimiento tradicional indígena no se puede patentar porque “LE PERTENECE A LA HUMANIDAD”.

En el caso de los republicanos ¿Cuándo patentaron ellos la moral? ¿Luego esa no le pertenece a la humanidad? ¿No es acaso la moral inherente al ser humano?
El problema es que si le pertenece a un partido ¿Entonces por ende los otros no la tienen? ¿Incluso aquellos de otras naciones?
Esta semana fue sorprendente ver cómo todavía, como robots, alienados, los electores contestaban en la Convención Republicana que ellos votan por “la moral-valores familiares-ética” sin siquiera analizar el asunto.

¿Desde cuándo estos tres son exclusivos de los republicanos, de los conservadores, de un grupo? Estas tres ya deben estar en cada ser, pues pertenecen al fuero interno de cada persona.
¿Cuándo las patentaron? ¿Cuánto pagaron por la exclusividad? Quién  no sea republicano, no las tiene? ¿Hay que cambiarse de partido? ¿El que no es republicano-conservador no le importa la familia, los valores familiares?

Estados Unidos está en crisis económica y lo que importa a la hora de votar es si, por ejemplo, los candidatos están a favor o no del aborto ¿Hasta cuándo la política estadounidense va a seguir en ese estancamiento?

La pregunta es ¿Cómo el estar a favor o en contra del aborto va a solucionar los embargos hipotecarios, la crisis energética o el desprestigio internacional del gobierno Bush, entre otros descalabros de este mandato anti-moral, anti-ético y que nada tuvo que ver con los valores familiares?

Este editorial no es a favor de los demócratas ni es en contra de la moral, base del respeto humano.
El asunto es que la moral no le pertenece a nadie —menos a un partido, ni siquiera a una religión—, debe pertenecer a cada uno, y desafortunadamente, no todos la tienen. Hay que recuperarla, como el yage, para la humanidad.