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Nadal vence al 'Rey'

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CON ESTA VICTORIA, Nadal se convierte en el primer jugador, después del sueco Bjorn Borg, en ganar en el mismo año tanto Roland Garros como Wimbledon.

 

La peor pesadilla de Roger Federer se hizo realidad. El suizo repitió la maldición de Bjorn Borg y perdió la posibilidad de ganar su sexto Wimbledon consecutivo. En su templo y ante la sombra que le acompaña desde hace años.

En ese sentido, no es exagerado afirmar que pierde la corona mundial como rey del tenis. Nadal le ha vencido en tierra, mar y aire. Y hasta en hierba, la tierra prometida del helvético. Al sexto Wimbledon descansó. O claudicó ante un huracán español.

En todo caso, el suizo puso el precio de su derrota por las nubes. Llevó la final hasta cotas de suspense inverosímiles y rompió, junto al español, el récord de la final más larga de la historia.

Después de 4 horas y 48 minutos, Federer hincó la rodilla. En cierta medida, perdió en la batalla psicológica frente al español. Quizá también ante la prensa, ávida de nuevas sensaciones durante todo el torneo.

Le bombardearon a preguntas durante las dos semanas del campeonato acerca de la posibilidad de que la historia girase en favor del español. Le recordaban que Borg había dado como favoritos a Nadal y a Djokovic antes que a él. El suizo repetía una y otra vez que no le molestaban los comentarios. "Me sorprenden, si acaso". Y apelaba a que él era el pentacampeón. Afirmó la víspera que cuando alguien le ganara en césped sería el momento de cambiar el discurso. Mientras tanto, ¿por qué debatir?

El momento ha llegado. Federer fue superado mentalmente por Nadal. En juego, en pasión y determinación. Un comentario habitual entre expertos y aficionados es que el español le tiene comida la moral. Así, en castizo. Obvia decir que hay mucho de cierto. Igual de cierto que Nadal tuvo momentos de vértigo en su choque. No se destrona todos los días a un rey.

La final de Roland Garros, respecto del juego mental, funcionó como un aperitivo de la de Wimbledon. Para Nadal fue el cuarto título en París pero también un mensaje. Un anticipo, un telegrama poco amistoso. Como se quiera. Y Federer le vio las orejas al lobo.

Nadal ha borrado de un plumazo parte de la historia de Wimbledon. Ha escrito la suya, obviamente. Pero al hacerlo ha evitado el sexto título consecutivo de un tenista, algo que habría sido inaudito en la Era Open.

De haber ganado Federer, el suizo se habría acercado al peldaño más alto del Olimpo, donde se encuentra, aún imperturbable, Pete Sampras. De esta forma, Nadal para en seco la carrera desenfrenada de Federer hacia los siete Wimbledon del norteamericano y sus 14 Grand Slam. Federer se queda con sus flamante cinco trofeos en Londres y sus 12 "major". Nadal se planta en mitad de la historia con cuatro Roland Garros y un Wimbledon. Palabras mayores.

Sampras. Federer. Nadal. Los tres forman una trinidad conectada por momentos de leyenda.

El estadounidense sumó siete Wimbledon en dos etapas distintas separadas por la victoria de Richard Krajicek y se presentó en 2001 con la intención de superar al mítico William Renshaw, un jugador del siglo XIX que había vencido siete veces en el All England Lawn Tennis and Croquet Club.

Como sucesor de Sampras, Federer recogió su testigo en persona en la edición de Wimbledon de 2001. El dos de julio de 2001 un joven Federer -no era precisamente un desconocido- acababa con el reinado de Sampras en la hierba de Wimbledon, una victoria que muchos consideran el punto de inflexión en la carrera del helvético.

Federer llegó como decimoquinto favorito y batió al número uno por 7-6 (7), 5-7, 6-4, 6-7 (2) y 7-5. Luego fue derrotado por el ídolo local, Tim Henman, que cayó a su vez frente a Goran Ivanisevic.

Entonces se leyeron titulares como "Sampras fue silenciado en cinco sets por un sereno adolescente". El norteamericano anunció la explosión de una nueva estrella: "Han aparecido un montón de jóvenes pero Roger tiene algo especial. Cuenta con los mejores golpes y, como yo, no se deja arrastrar por la pasión. Habría que darle mucho crédito". Había definido a su sucesor en la corona como el mejor jugador del mundo.

Prehistoria del tenis, mirado con perspectiva.

Han pasado siete años desde entonces y una nueva generación de jóvenes liderada por el balear ya está preparada para tomar el relevo de Federer. El de Basilea seguirá en la pomada, claro que seguirá. Lo acaba de anunciar en Wimbledon, su templo. Pero queda claro que algo ha cambiado. Hay nuevos rangos en el tenis.

En este 2008, primer año de una etapa diferente, Djokovic se llevó el Open de Australia y Rafa Nadal Roland Garros y Wimbledon. Federer cuenta con el favor de la grada y la absoluta certeza de que volverá el año que viene para sumar el sexto. Entonces podrá recuperar su corona perdida.

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