En su primer día de escuela, Alberto Colón estuvo muy nervioso.

"No sabía cómo me iban a tratar los muchachos", dijo este puertorriqueño del norte de Filadelfia. "Pero después de eso todo fue mucho mejor, me recibieron muy bien".

Tuvieron que pasar poco más de 35 años para que Colón finalmente obtuviera su diploma de bachillerato, al graduarse esta semana de la escuela Edison.

"Tuve que hacerme de mucha determinación para volver y terminar", dijo. "Ahora veo que es algo muy necesario, más que cuando yo dejé la escuela".

En 1973 Colón tenía 16 años de edad y en lo único que pensaba era "en casarme y trabajar. No pensaba que fuera a necesitar de una diploma".

Fue así que buscó un trabajo en el que estuvo por cerca de 10 años, para después ser parte de la compañía de gas (PGW), para la que cual ha laborado durante más de 25 años.

"Lo más difícil fue el venir a la escuela y después ir al trabajo", dijo.

Sus días comenzaban a las seis de la mañana para estar en la escuela a las 7:20, casi media hora antes de que comenzaran las clases.

"No falté ni una sola vez, y muchas veces dejé de ir con mis amigos por quedarme en casa a hacer tarea", dijo.

En el salón de clases se ganó el respeto de sus compañeros, que en el último día le dieron una camiseta con un diseño que ostenta el número uno, su nombre y la palabra "derminación".

"Al principio muchos pensaban que era un maestro, pero cuando se dieron cuenta que era uno de ellos se acercaron para darme la mano y platicar conmigo", dijo respecto a sus compañeros de clase.

Luego de terminar su día de escuela comenzaba su viaje al trabajo, en donde hacía el turno de 3 de la tarde a la medianoche.

Ya en el estacionamiento de PGW, Colón cambiaba su uniforme de la escuela por el de la empresa para la cual trabaja para así continuar su rutina diaria.

"Y cuando llegaba a casa tenía que hacer tarea, así que me dormía unas cuantas horas para volver a comenzar al día siguiente", dijo.

Si tuviera que escoger entre sus clases, Colón se declararía fanático de la historia, materia que le causaba el mayor placer.

Del por qué regresar a las aulas después de tanto tiempo, Colón dijo que después de todo se dio cuenta de cuán necesaria era un diploma.

"Lo hice porque quería progresar", dijo. "Ahora todos los trabajos piden como mínimo la high school y yo no la tenía".

En su futuro se encuentra el Colegio Comunitario de Filadelfia, ya que, como él dice, "una vez que empecé no pienso quedarme aquí".

Para Colón también era importante terminar por querer dar el ejemplo de que "nada es imposible, y yo lo logré".