El ronquido de las motoras no interrumpe el
rezo del Rosario que se realiza adentro la casa de Carmen Santiago en
el norte de Filadelfia.

Mientras jóvenes venden drogas en
una de las esquinas, otros caminan apresurados por la calle Ontario
para llegar antes de que se termine todo.

Van a la cita que
tienen desde hace cuatro meses en la casa de Wilfredo, quien murió con
otros tres jóvenes cuando el auto en el que viajaban fue impactado por
otro que se pasó el alto en el cruce de Cecil B. Moore Ave. y American
St.

Aquello pasó una noche de enero, y a cuatro meses de
distancia los muchachos se reúnen cada día 13 para orar por aquellos
que se fueron: Wilfredo Treviño, Luis Figueroa y Esteban Santiago.

Poco
a poco los jóvenes van cogiendo sus lugares, si es que acaso queda
alguno en el piso, en el sofá, en la escalera, en donde se pueda.

Después
de los cincuenta se pierde la cuenta. "Mi puerta siempre está abierta",
dice Carmen Santiago, madre de Wilfredo. "Y si más chicos quieren venir
serán bienvenidos. Eso le hubiera gustado mucho a mi hijo".

Pegados
unos a otros, los muchachos, y algunos adultos, rezan el rosario y
piden a Dios que le de descanso a los tres fallecidos.

Por
momentos comienza el llanto. Por momentos se da la súplica. La
serenidad brota y las sonrisas y abrazos cordiales florecen cuando
llega el momento de darse la paz unos a otros.

"Venir aquí me hace sentir mejor", dijo Amanda Delgado, joven de 15 años que aseguró acudir cada mes a los rosarios.

"Es
un lugar lleno de gente con un futuro brillante", dijo. "No tenemos
límites porque estamos seguros, fuera de las calles, fuera de
problemas".

Es ese sentimiento de paz y seguridad el que motivó a Carmen Santiago a acoger a todos los muchachos que frecuentan la casa.

A
pesar de lo duro de haber perdido a su hijo, su fe católica le ha
ayudado no sólo a soportar la ausencia de Wilfredo sino a continuar la
misión que él y sus amigos se propusieron.

"Son muchachos
bien positivos que quieren salir adelante", dice. "Y yo no puedo mas
que dejarlos venir aquí porque es aquí donde se juntaban".

Y
esos muchachos también son parte de No Limit, un grupo de jóvenes que
mezcla el servicio comunitario con la diversión para promover el cambio
entre la juventud latina.

"Conforme añadimos más gente al
grupo, comenzamos a hacer labores comunitarias", dijo Carlos Núñez,
mejor conocido como "C.Lo" entre sus amigos. "Nos hemos cortado el
cabello para donarlo a los enfermos con cáncer".

Además,
fueron parte de la limpieza masiva del pasado 5 de abril en Filadelfia
y del foro para buscar soluciones a la crisis de deserción escolar.

Estos jóvenes encuentran la mezcla de diversión y responsabilidad en los eventos que ellos mismos organizan.

"Son
fiestas en las que hay seguridad y se deja que los padres entren a ver
qué ambiente van a experimentar sus hijos", dijo Gina López.

La misión de estás fiestas, explicó, es combatir la violencia.

"Las hacemos viernes o sábados para sacar a los jóvenes de las calles y que estén en un lugar seguro", dijo.

En esos eventos se "representa" con baile, música, rimas de rap, o las expresiones positivas que los muchachos
prefieran.

Los integrantes de Sin Límite indican que han logrado reunir hasta 700 jóvenes en uno de sus encuentros.

"A veces hasta los mismos padres de familia son voluntarios en los eventos", dijo López.

Pero no todos pueden ser parte de No Limit.

Los
jóvenes explicaron que para que alguien sea aceptado como parte de la
familia No Limit se debe primero ser recomendado por uno de los
miembros.

"Queremos que sean personas positivas, que no
traigan drama al grupo y que tengan una actitud de respeto", dijo
Anthony "(GIC)" Dávila.

Agregó que espera que los miembros del grupo mantengan buen progreso académico.

"Yo
soy el más grande del grupo y muchas veces los más jóvenes vienen a mí
para pedirme consejos y ayuda", dijo "C.Lo." "También monitoreo a los
chicos para saber cómo van en la escuela".

Acerca del futuro, los muchachos dijeron que quisieran que se recordara al grupo como un agente de cambio en la comunidad.

"Esperamos que nuestros eventos nos ayuden a abrir un centro recreativo para sacar a los jóvenes de las calles", dijo Dávila.

El deseo es que la juventud en general los vea y sepa que se pueden lograr las cosas si uno se las propone, dijo López.

Los Misterios

De
acuerdo al canon católico, el Rosario está compuesto por veinte
"misterios" (acontecimientos, momentos significativos) de la vida de
Jesús y de María, divididos desde la publicación de la Carta apostólica
Rosarium Virginis Mariae, en cuatro rosarios: el primer "rosario"
comprende los misterios gozosos (lunes y sábado), el segundo los
luminosos (jueves), el tercero los dolorosos (martes y viernes) y el
cuarto los gloriosos (miércoles y domingo).