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Excepto por el efímero estrellato que le confieren las elecciones de este domingo 1 de junio para delegados a la Convención Nacional del Partido Demócrata, Puerto Rico no está presente siquiera en la psiquis estadounidense (americana), en su alma o en su personalidad.

Los delegados puertorriqueños a la Convención Nacional Demócrata de este verano superarán en número a los delegados de por lo menos otros 25 estados. De hecho, la isla tiene 3 veces la cantidad de delegados que Delaware, la mitad de los de Nueva Jersey, y una tercera parte de los de Pensilvania. El creciente entusiasmo respecto de la elección de delegados este 1 de junio en Puerto Rico no durará mucho ya que la isla no tiene voto en el Colegio Electoral, ni depositará su voto en las urnas para elegir presidente de Estados Unidos en noviembre.

¿Por qué está Puerto Rico en el limbo?

Preocupado por la causa de Puerto Rico, hace ya más de medio siglo Luis Muñoz Marín, el primer gobernador civil de la isla, promovió una "tercera vía" al proponer un estatus de "mancomunidad" mediante el cual la relación entre Estados Unidos y Puerto Rico, en sus propias palabras ya no sería más la de "un buen amo con un siervo afecto". Como resultado desde 1952 Puerto Rico tiene la autoridad de establecer "una forma republicana de gobierno local" autorizado por el Congreso estadounidense y aprobado por los ciudadanos de la isla en su Constitución.

Pese a ello el presente y futuro estatus de Puerto Rico sigue siendo debatido, y los estadounidenses de la gran mayoría están "perplejos" no sólo por el debate en sí sino porque a la isla la "juzgan como extranjera en idioma y cultura ––peor aún, sobre-poblada–– por lo que una americanización al estilo New Mexico que la lleve a convertirse en estado está fuera de consideración" como lo expresara Michael Janeway, anterior editor del periódico The Boston Globe.

El Servicio de Estudios del Congreso estadounidense en su reporte del 2005 sobre "El Estatus Político de Puerto Rico" advirtió de que en el caso de que el Congreso debata nuevamente el estatus de la isla algunos temas estarían sujetos a escrutinio, incluyendo el "Requerimiento de Idioma". Nada que se pueda ignorar considerando, según este reporte, que "la admisión de tres estados –Oklahoma, New Mexico, y Arizona – estaba sujeta al cumplimiento de esta exigencia".

Puerto Rico es sin lugar a dudas latina, o hispana, y con mucho orgullo. Uno no puede evitar preguntarse ¿Por qué es que semejante perla de nuestra cultura no ha sido asimilada como parte integral de la psiquis estadounidense? ¿Será culpa del estatus político o de su mismísima identidad hispana?

Dado a emplear interesantes analogías Luis Muñoz Marín en un discurso durante un almuerzo en el "Press Club" en Washington D.C. en mayo 6 de 1952 dijo que Puerto Rico no podría ser la ginebra o el vermú en un martini, debido a su tamaño podría ser "sea la gota de angostura o la aceituna. Ahora si fuese la gota de angostura, se disolvería y desaparecería. Pero como la aceituna Puerto Rico le da un toque de distinción a la bebida…" Sin tan solo Luis Muñoz Marín supiera que el enardecido discurso anti-inmigrante, y específicamente anti-hispano preferiría que nos "disolviéramos y perdiéramos" cual "gota de angostura".

Es tiempo de afrontarlo, tanto el estatus de Puerto Rico como del de todos los hispanos en Estados Unidos, no es meramente una preocupación legal o política; tiene mucho que ver con nuestro idioma y cultura, y al gran tamaño de su población.

 

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