La actual crisis hipotecaria en Estados Unidos ha generado el ambiente perfecto para la germinación de fraudes hipotecarios y Florida encabeza la lista de los diez estados con mayor registro de este tipo de crimen, según el FBI.

El fraude hipotecario representó una pérdida de 813 millones de dólares durante el año fiscal 2007, según el más reciente Reporte de Fraude Hipotecario, publicado el martes por el Buró Federal de Investigaciones.

"Los 813 millones de pérdidas sólo son la punta del iceberg, reflejan un porcentaje pequeño (7 por ciento) de los daños financieros sufridos por las víctimas de fraude de préstamos hipotecarios", afirmó en el informe Kenneth W. Kaiser, de la División de Investigaciones Criminales del FBI.

Según el FBI, los reportes de fraudes hipotecarios aumentaron de 35.6717 en el 2006, a 46.717 casos en el año fiscal 2007.

Las actividades delictivas fueron más notorias en Florida, Georgia, Michigan, California, Illinois, Ohio, Texas, Colorado, Nueva York y Minesota, que encabezan la lista del FBI, seguidos por Arizona, Maryland, Nevada, Misuri, Indiana, Tennessee, Virginia, Nueva Jersey y Connecticut.

El reporte cita como principales causas del aumento de fraudes hipotecarios el declive del mercado inmobiliario, con 2.2 millones de viviendas en proceso de embargos, y la disminución en el otorgamiento de préstamos por parte de los bancos.

Las entidades bancarias tratan de proteger sus intereses, mediante el escrutinio cuidadoso de la situación financiera de sus potenciales clientes, y las posibilidades de estos de poder cumplir con sus obligaciones.

Dentro del efecto dominó que ha creado esta crisis, también juegan un papel importante los empleados de compañías de préstamos, quienes años atrás obtenían jugosas ganancias por comisiones y hoy ya no pueden tener, lo que les hace presa perpetradores de fraudes que podrían sacar provecho a su situación, según el FBI.

Un fraude de préstamo hipotecario es definido por el FBI como la representación falsa de documentos, mentir sobre salarios y empleo, la omisión de información en una solicitud de préstamos con la intención de lograr aprobación por parte del banco, y que puede ser cometida tanto por quien solicita el préstamo como por personal de empresas hipotecarias.

"Desafortunadamente esta situación ha provocado que los bancos sean muy limitados y que hayan cerrado sus bolsillos para el otorgamiento de préstamos, especialmente del tipo convencional", comentó a Efe Marvin Colón, empresario del mercado de préstamos hipotecarios y de bienes raíces en Florida y Puerto Rico, con base en Orlando.

De acuerdo con el experto, el hecho de que muchas personas hayan cometido fraude en sus solicitudes ha endurecido la situación, por lo que "es más difícil obtener un préstamo, a menos que las instituciones puedan verificar con certeza el crédito y fuentes de ingresos de los solicitantes", añadió.

Los fraudes hipotecarios son divididos por el FBI en dos grandes categorías, una que incluye a potenciales dueños de casas que mienten en sus solicitudes para adquirir una vivienda, aunque tienen intención de cumplir con el compromiso de préstamos.

Otra es el fraude para obtener beneficio que casi siempre envuelve la solicitud de préstamos múltiples en una misma vivienda, con el objetivo de no pagar dichos préstamos y lograr la liquidación del inmueble con una venta rápida conocida en inglés como "short sale".

También incluye engrosar la valoración de la vivienda con miras a obtener una línea de crédito basada en el aumento del valor de la propiedad.

Con estimados de pérdidas anuales por fraudes de préstamos hipotecarios entre cuatro a seis mil millones de dólares, el FBI ha empezado 462 investigaciones durante el 2007, ha presentado 321 acusaciones formales y se han dictado 260 condenas por este tipo de delito.

Actualmente, aún están pendientes de investigaciones otros 1.380 reportes de fraudes, de acuerdo con datos del FBI.

Cometer fraude hipotecario, ya sea para obtener una vivienda o ganancias ilícitas es un crimen en Estados Unidos, y que es castigado con hasta 30 años de cárcel y un millón de dólares en multas.