
El Médico Segio Alfieri, fue quien Encontró Muerto al Papa Francisco
Según las recientes versiones del medico del papa Francisco, el se encontraba en estado de coma al momento de ser encontrado en su habitación.
Los últimos días del Papa Francisco: serenidad, fe y una despedida en paz
En la madrugada del 21 de abril de 2025, el mundo despertó con la noticia del fallecimiento del Papa Francisco. Tenía 88 años. Fue su médico personal, el Dr. Sergio Alfieri, quien confirmó que el Pontífice murió en estado de coma, tras sufrir un ictus cerebral que desencadenó un colapso cardiocirculatorio irreversible. Su muerte, aunque repentina, estuvo marcada por una profunda serenidad.
Los días previos a su fallecimiento reflejaron el estilo de vida austero y la paz interior que caracterizó al primer Papa latinoamericano. Pese a su estado de salud delicado —venía recuperándose de una larga hospitalización por neumonía bilateral y fatiga respiratoria—, continuó cumpliendo funciones pastorales desde su residencia en la Casa Santa Marta. Celebró misas privadas, recibió visitas cercanas y grabó mensajes para comunidades religiosas, especialmente dedicados a los jóvenes y a los enfermos.
Uno de sus últimos actos públicos fue la bendición Urbi et Orbi del Domingo de Resurrección, el 30 de marzo. Desde la Plaza de San Pedro, visiblemente cansado pero con voz firme, Francisco ofreció palabras de esperanza y unidad al mundo. Ese día, quienes lo rodeaban notaron algo diferente: una calma que parecía premonitoria, un dejo de despedida en sus gestos y su mirada.
Según relataron los médicos, el Papa fue encontrado a las 5:30 a.m. por su asistente sanitario, Massimiliano Strappetti. Al llegar veinte minutos después, el Dr. Alfieri halló a Francisco con los ojos abiertos, sin problemas respiratorios pero sin respuesta a estímulos. Estaba en coma. “Le di una caricia como despedida. No tenía miedo. Estaba preparado”, declaró el médico, visiblemente conmovido.
La decisión de no trasladarlo al hospital respondió al expreso deseo del Papa: morir en casa, en paz, sin intervenciones innecesarias. Francisco no quería que su final fuera un espectáculo; quería simplemente descansar junto a Dios, en la intimidad de su habitación, rodeado de silencio.
Su partida deja un legado de humildad, compasión y apertura. En sus últimos días, Francisco no solo fue el líder de la Iglesia, sino también un ser humano que se preparó con fe para el encuentro definitivo. Murió como vivió: en paz consigo mismo, con su fe y con el mundo.
DEJE UN COMENTARIO:
¡Únete a la discusión! Deja un comentario.