Prepárese a despedirse de la Primera Enmienda si Donald Trump llega a la presidencia, una desafortunada posibilidad que, tras los resultados del Supermartes, no se puede ignorar.
Las fotografías de un agente del Servicio Secreto que, cumpliendo órdenes del insoportable  multimillonario lanzó violentamente al suelo a Chris Morris, un fotógrafo de la revista Times, en Virginia el lunes, son chocantes por su violencia y repugnantes por lo que simbolizan.
Pero no lo son tanto como el propio Trump, una masa gelatinosa de egocentrismo y arrogancia que recuerda al blob de la famosa película de horror. Un blob que ya se ha tragado cualquier vestigio de dignidad en la campaña presidencial republicana y dejado una rastro de desprecio e irrespeto por la constitución, el pueblo y el país
Que nadie se equivoque: esta especie de blob que declara sin la  menor compunción su desprecio por la libertad de prensa y su odio por los inmigrantes y los afroamericanos,  pudiera convertirse en próximo Presidente de EE.UU.
Póngase a pensar que este matón de barrio que ordena la expulsión de sus reuniones de campaña a periodistas en funciones y pacíficos afroamericanos, a la vez que se refiere al supremacista blanco y ex líder del Ku Klux Klan con un respeto exquisito y desconocido en él pudiera ocupar la Casa Blanca durante cuatro años. Y pregúntese qué significa esto para el futuro del la nación.
A pesar de haber recibido la mayor cobertura periodística de todos los candidatos, el narcisismo de Trump lo hace sentir que la prensa no le hace justicia. Por lo tanto, si lo eligen Presidente, planea vengarse debilitando hasta la inutilidad las protecciones que la Primera Enmienda les garantiza a reporteros e instituciones periodísticas.
"Cuando escriben a propósito artículos falsos, negativos y horribles, los podremos demandar y ganar montones de dinero”, ha dicho. En la mira de Trump figuran prominentemente el New York Times y el Washington Post. Ambos periódicos “tendrán problemas” si gana la presidencia, ha afirmado. Me pregunto si el New York Daily News, que ha sido implacable en denunciarlo como un farsante sería también objeto de la furia del magnate neoyorquino.
El mismo día en que Morris fue maltratado mientras trataba de documentar una protesta por activistas de Black Lives Matter, el multimillonario ordenó al Servicio Secreto expulsar de otra reunión de campaña a varias docenas de silenciosos estudiantes universitarios negros de la Universidad Estatal de Valdosta, en Georgia.
“Creo que nos botaron porque somos un grupo de negros”, afirmó uno de los estudiantes. “Supongo …que tienen miedo a que vayamos a decir algo o a hacer algo. Pero lo único que queríamos era observar la reunión”.
Demagogia, racismo y desprecio por la constitución han sido el distintivo de la campaña de Trump. Y en caso de ser electo –lo cual es una posibilidad—serán también el desafortunado distintivo de su presidencia.
Sí, créalo. El blob podría convertirse en su próximo presidente. Una verdadera película de horror.