[OP-ED]: Trump y su enfermizo idilio con las prisiones privadas
El negocio de las prisiones privadas, despreciable pero muy, muy lucrativo, podría haber sido concebido pensando en Donald Trump.
Enriquecerse encarcelando a gente pobre e indefensa es la clase de mecanismo de hacer dinero que probablemente le proporcione un gran placer al presidente. Después de todo, perseguir y aterrorizar inmigrantes es el pilar central de su administración y, precisamente, encarcelar inmigrantes es lo que ha hecho fabulosamente rica la industria de las prisiones privadas.
“Creo que podemos hacer muchas privatizaciones, y las prisiones privadas parecen trabajar mucho mejor”, le dijo el candidato Trump a Chris Matthews cuando el analista de MSNBC le preguntó cómo planeaba reformar el sistema carcelario del país en caso de ser elegido. Por supuesto que el burdo Mr. Trump tiene razón: las prisiones privadas trabajan mucho mejor, pero solamente para las corporaciones que se llenan de millones a costa del sufrimiento de miles de familias indefensas.
Geo Group Inc. y CoreCivic, antes conocida como Corrections Corp. of America, que son las compañías más grandes y más ricas involucradas en encarcelar inmigrantes en condiciones deplorables durante meses y hasta años, invierten millones en cabildear a favor de leyes de inmigración más severas y más arrestos de inmigrantes. Mientras más presos, mejor para su negocio.
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A pesar de su larga historia de abusos, la industria de prisiones privadas está a punto de llenarse los bolsillos todavía más. La Casa Blanca planea aumentar el número de prisiones privadas en el país para mantener tras las rejas la cantidad sin precedentes de inmigrantes que ICE está arrestando. CoreCivic y GEO Group, cuyas acciones ya han subido desmedidamente, han tenido ganancias de más de $12.000 millones durante los 20 años pasados, mayormente gracias a las detenciones de inmigrantes, según reporta la revista The Nation.
En febrero, el fiscal general Jeff Sessions, un rabioso enemigo de la inmigración, canceló una medida tomada por Obama para eliminar gradualmente el uso de contratistas privados en el manejo de prisiones federales. GEO Group le agradeció ese inmenso favor a Session contratando a David Stewart y Ryan Robichaux, dos de sus antiguos ayudantes. La ética, como ya sabemos, no es una cualidad que caracterice a esta administración.
Según ICE, entre enero 22 y septiembre 9, la agencia arrestó a 97.482 personas sospechosas de estar en el país ilegalmente. Esto representa un aumento de 43% sobre el mismo período de tiempo en 2016, bajo el presidente Obama. Aunque la Casa Blanca lo niega, los arrestos de inmigrantes indocumentados que no han cometido crímenes han aumentado 179% durante los primeros nueve meses de la presidencia de Trump, comparado con el año pasado.
El sistema no tiene consideración con nadie. En los centros de detención privados, pagados con el dinero de los contribuyentes, se encuentran familias, inmigrantes documentados e indocumentados, personas que han estado en EE.UU. durante años, sobrevivientes de torturas, solicitantes de asilo, y otros grupos vulnerables incluyendo mujeres embarazadas, niños y personas con enfermedades graves sin atención médica adecuada y las medicinas que necesitan.
El hecho de que se le hayan otorgado a GEO tres contratos multimillonarios pese a que, según una investigación de The Daily Beast, esta compañía maneja los dos centros carcelarios donde más inmigrantes han muerto en los últimos dos años, dice mucho sobre la inmisericorde política inmigratoria de la administración de Trump y su amor enfermizo por la avariciosa y abusadora industria de las prisiones privadas.
Definitivamente, un negocio tan despreciable, que podría haber sido concebido pensando en Donald Trump.
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