Sí, claro Mr. Trump, México pagará por el muro que Ud. quiere levantar en la frontera. Eso es lo que Ud. ha prometido desde que lanzó su campaña presidencial acusando a los mexicanos de violadores y criminales, ¿se acuerda?

 “Construiré una gran pared, y nadie construye paredes mejor que yo, créanme, y la construiré muy barata”, usted afirmó el 16 de junio del 2015. “Construiré una gran, gran pared en nuestra frontera sur. Y haré que México la pague”. 

Bueno, no, Mr. Trump, no va a suceder. Pese a su bravuconería y su lastimoso alarde de machismo barato, esta promesa suya es más salsa que pescado.

Seremos nosotros, los contribuyentes estadounidenses, los que terminaremos pagando la cuenta de su absurdo proyecto. Y a un costo estimado de $2,500 millones no estamos hablando de cuatro pesos.

Según la gente de Trump, ellos van a pedirle al Congreso, controlado por los Republicanos, que asigne los fondos para pagar por la barrera fronteriza. Pero la idea de pedir a los contribuyentes que desembolsen miles de millones de dólares para financiar un proyecto que no tiene otro propósito que aplacar los temores de racistas y xenófobos, con toda seguridad no provocará el entusiasmo de la oposición Demócrata.

“Si el Presidente Trump pide al Congreso que apruebe dólares de los contribuyentes para construir el muro que él siempre dijo no sería pagado por los contribuyentes”, señaló el senador por Vermont Patrick Leahy, el principal Demócrata en el Comité de Asignaciones, “revisaremos cuidadosamente la petición para determinar si esos dólares de los contribuyentes estarían mejor gastados en construir hospitales para cuidar a nuestros veteranos, carreteras y puentes para ayudar a los contribuyentes a llegar a sus trabajos, y para que los National Institutes of Health encuentren la cura del cáncer”.

Por supuesto que Trump no admite que la promesa alrededor de la cual construyó su campaña sea solo demagogia e insiste en que al final México terminará pagando por el muro.

 “Nos van a reembolsar”, Trump le dijo al New York Times el viernes. “Pero no quiero esperar tanto. Así que uno empieza y entonces te reembolsan”.

Como era de esperarse los mexicanos no tiene planes de pagar ni ahora ni después por lo que el expresidente Vicente Fox ha llamado el “monumento racista” de Trump.

 “Trump puede pedir lo que le parezca, pero ni yo ni México vamos a pagar por su monumento racista. Otra promesa que no puede cumplir”, escribió Fox en un tweet el jueves.

Racismo, sexismo, demagogia, irrespeto a la Constitución y mentiras desvergonzadas fueron las características definitorias de la campaña del presidente electo. Y sin duda lo serán también de su presidencia.

Lo que sería formidable es que pudiéramos levantar una muralla para proteger a México, América Latina y el mundo de la arrogancia y el racismo del nuevo presidente y su banda de ancianos generales, plutócratas y dinosaurios políticos. Ese sí sería un proyecto que valdría la pena apoyar costara lo que costara.