La verdadera razón por la cual nació AL DÍA en Filadelfia
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Cuando era un adolescente, mis ansiedades sobre qué haría el resto de mi vida no eran ajenas a mí.
Mis dos hermanos mayores habían ya ido a la universidad y habían regresado, muy orondos, con títulos de ingenieros, uno ingeniero eléctrico y el otro ingeniero mecánico.
Estas eran dos profesiones que venían con buenas reputaciones y con garantías de empleos de por vida en prestigiosas compañías y, por tanto, prosperidad inevitable para estos afortunados graduados de las ciencias exactas.
Basados en mis propios cálculos matemáticos, ciencia en la que era un tanto incompetente, ya había decidido en mi mente que 2 ingenieros eran suficientes en una familia con 3 hermanos.
Afortunadamente, la mitad de mi vida ha transcurrido en "La Ciudad del Amor Fraternal", aquí en Filadelfia, la ciudad de Norteamérica que en 1776 dio a luz, aquí entre las calles Market y Chestnut, a la nación más poderosa de la tierra a final del siglo XVIII.
Una nación única, con libertades individuales, derechos de expresión, de asociación, de religión, y de libre empresa, que son la envidia del resto del mundo.
Estoy supercontento viviendo y trabajando aquí, más allá de lo que mis pobres palabras pueden expresar.
Pero creía sentirme infeliz cuando andaba escogiendo mi profesión, con la responsabilidad de ser hijo varón, con el derecho a ir a la universidad, y "ser alguien en la vida".
Y responsablemente retornar con creces al honor a los valerosos padres que me criaron, con la meta no muy clara pero latente de poner "en alto" el nombre de la familia.
Han pasado ya cuatro décadas desde mi adolescencia y, de cierta manera, todavía tengo mis inquietudes acerca de qué hacer con el resto de mi vida.
Inquieto, sí, porque ojalá tuviera más que una hora en la semana para escribir esta columna que prometí a mi editora, con la garantía de que terminaría todos los martes en la mañana, a tiempo para la edición semanal de esta publicación.
Empecé esta publicación en mi modesto hogar del norte de Filadelfia hace 23 años, todo con el objeto de poder poner en práctica mi profesión, esta dispendiosa de construir frases, diseñar y editar páginas, después de que encontrar trabajo como reportero bilingüe y multicultural fue imposible en ese año de 1991, cuando fui por primera vez al "Philadelphia Daily News" de esta ciudad, esa vez en busca de empleo.
Dos diplomas universitarios en Periodismo, uno de pregrado y otro de postgrado, y más de cuatro años de experiencia práctica en un medio impreso diario, probaron ser no suficientes para ser escogido el "periodista hispano" en la plantilla del conocido diario local.
Por eso, nació AL DÍA, casi a la fuerza, resultado de una circunstancia más bien paradójica.
Como paradójico es hoy también que dicha empresa de noticias, hoy mudada al prestigioso distrito financiero de Filadelfia, en la parte oeste de la calle Market, me demande intensas y largas horas de trabajo diario en mi papel de CEO que eliminan de un tajo la posibilidad de que practique la profesión para la cual fui a la universidad por primera vez hace 36 años.
(*) Hernán Guaracao es el fundador y presidente de la Fundación AL DÍA, y fundador y CEO de AL DÍA News Media, la principal organización Latina de noticias en Filadelfia por más de 20 años.
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