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¿Justicia o impunidad?

¿Justicia o impunidad?

¿Se hará al fin justicia en un asesinato político que conmovió a Puerto Rico hace más de tres décadas? ¿Se esclarecerá al fin un crimen cobarde en que los…

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¿Se hará al fin justicia en un asesinato político que conmovió a Puerto Rico hace más de tres décadas? ¿Se esclarecerá al fin un crimen cobarde en que los culpables han gozado de la protección y el desinterés de las autoridades tanto de la isla como federales? ¿O seguirá ocultándose la verdad bajo un oscuro manto de vergonzosa impunidad?

Esas son las preguntas que no abandonan en estos días a los familiares y amigos de Carlos Muñiz Varela, un joven nacido en Cuba que fuera asesinado a tiros el 28 de abril de 1979, a plena luz del día, en las afueras de San Juan.

Y no es para menos.  En las más de tres décadas que han transcurrido desde su muerte a los 26 años, los criminales no han sido llevados a los tribunales, con la complicidad de autoridades y poderosos políticos aliados de extremistas cubanos en Puerto Rico. 

Ahora César Miranda, el nuevo secretario de Justicia de Puerto Rico, se ha comprometido a investigar el crimen a fondo. El día en que se cumplieron 35 años del trágico atentado, Miranda reveló que está "en conversación directa" con el departamento de Justicia federal para solicitar su colaboración, sin duda indispensable para esclarecer el caso.

"No puedo decir, porque no puedo falsear, que lo vamos a resolver, pero puedo decir que vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance", señaló el funcionario.

Esto ha traído una nueva esperanza a los familiares y amigos de Muñiz Varela, cuyo dolor no ha amainado nunca y que, pese a las frustraciones, jamás han flaqueado en la búsqueda de la justicia. Irónicamente, y aún más doloroso, las identidades de los culpables se conocen desde hace mucho tiempo. Es del dominio público que en 2008 el director del FBI en Puerto Rico, Luis Fraticelli, le comunicó al secretario de Justicia, Roberto Sánchez Ramos, que su agencia tenía suficiente información para solucionar el caso. 

Muñiz Varela, un pionero de los viajes de exiliados a su país natal, fundó Viajes Varadero en Puerto Rico, donde vivió la mayor parte de su corta vida. Varadero fue la primera agencia de viajes a Cuba que se abrió bajo un acuerdo negociado en La Habana en 1978 entre exiliados y Fidel Castro. En diciembre de ese año, 90 cubanoamericanos llegaron al Aeropuerto José Martí en la capital cubana y recibieron una emotiva bienvenida de parte de sus familiares.

Esto resultó ser un pecado imperdonable para extremistas cubanoamericanos opuestos a cualquier contacto con la isla. Cuatro meses más tarde Muñiz Varela era asesinado.

"Mi padre fue víctima de una conspiración organizada y financiada por miembros de la extrema derecha cubana en Puerto Rico, que fueron apoyados por grupos similares en Estados Unidos", señaló Carlos Muñiz Pérez, hijo de Muñiz Varela, en una carta al presidente Obama de fecha 7 de abril, en la que le pedía que hiciera al FBI cooperar con la investigación.

Muñiz Pérez, ahora un exitoso arquitecto de 40 años que contaba solo cinco cuando su padre fue asesinado, les escribió también al secretario de Justicia, Eric Holder, y a los congresistas boricuas Nydia Velázquez, José Serrano y Luis Gutiérrez. Todavía aguarda respuesta.

"Nuestro reclamo es contra la impunidad", ha dicho Muñiz Pérez. "Hemos esperado 35 años".

Albor Ruiz es un escritor radicado en Nueva York. albor.ruiz@aol.com

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