Ángeles a montones
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Los habitantes de la preciosa ciudad de Los Angeles, California, encontraban a diario ángeles en los sitios más improbables: en la cornisa de un rascacielo, sobre un semáforo, en el señalamiento de una avenida de diez carriles… ángeles por todas partes. La escultora pensó en fabricar ángeles porque para muchas personas los ángeles son símbolo de esperanza: un agradable recordatorio de la existencia de las facultades sublimes que también están presentes en la especie humana. Una motivación a compartir momentos hermosos, gestos tiernos, regalos del alma.
La idea de fabricar ángeles para distribuirlos gratuitamente en la ciudad nació en la mente de una joven escultora de extracción hispana quien prefirió permanecer en el anonimato. No se resignaba a que su ciudad natal fuese escenario de los más violentos crímenes raciales. Deseaba con pasión influir de alguna manera en el ánimo de los angelinos, apabullados tanto por la ola de criminalidad de aquél entonces como por el sismo que sacudía a la ciudad y la enlutara con secuelas de muerte a partir de la tremenda golpiza que recibiera el afroamericano Rodney King mientras era aprehendido por seis oficiales de policía al violar las leyes de tránsito. La espeluznante escena fue captada en video por un testigo y, después de aparecer en los medios de comunicación global, incitó a manifestaciones de fuego y sangre: un fallo del jurado había exonerado a los cuatro policías blancos acusados de dar despiadada paliza con garrotes a Rodney King al momento de la aprehensión.
La terrible noche del 29 de abril de 1992 una muchedumbre enardecida provocó 7.000 incendios que iluminaron el cielo de Los Angeles. El video mostró al mundo entero lo que pueden hacer seres endemoniados por el odio: casi destruyen la ciudad convirtiéndola en un infierno. Las guerras raciales y las manifestaciones se agudizaron.
Con una camioneta repleta de ángeles color rosa fosforescente la escultora hispana salía a diario a distribuirlos por la ciudad; deseaba ardientemente promover la paz. La producción de ángeles de plástico resistente y flexible se llevaba a cabo en su modesto taller. Guardaba celosamente las fotografías de las primeras personas que se sorprendieron agradablemente al encontrar los querubines: volteaban de un lado al otro buscando al dueño y, al no encontrarlo, tomaban al ángel en sus brazos. Algunos los besaban.
El proyecto de reconstrucción de ánimo que inició y financió la escultora tuvo tal éxito, que el municipio dispuso la cantidad de $45.000 dólares para fabricar más ángeles. Los resultados fueron espectaculares: por primera vez en mucho tiempo las noticias televisivas informaron sobre cambios de conducta y de actitud de los angelinos. Hasta los corazones más duros y los criminales más empedernidos han sido subyugados por la magia de los querubines. La joven escultora trabajaba a todo vapor para surtir el enorme pedido. Cada ángel llevaba impreso un número. Niños, jóvenes, adultos y ancianos participaron en el juego: "¿Qué número lleva tu ángel? Cuando alguien se encuentre un ángel, hay que abrirle las puertas del corazón y ¡dejarle entrar!"
El término ángel es un concepto universal común a todas las culturas que ha sobrevivido el paso de los siglos. Esculturas de ángeles aparecen en los bajorelieves de las tumbas egipcias, así como en el arte y las escrituras de budistas, hindúes, hebreos, musulmanes y cristianos. Los luminosos seres celestes están en todas partes, siempre prestos a brindar ayuda y mostrar el camino. La marca de un ángel es el amor. Hay un ángel tratando de comunicarse en cada olvidado recoveco y en cada obscuro callejón.
La escultora se comprometió con el municipio a fabricar, transportar y distribuir los querubines hasta que se terminaran los fondos de la concesión. Los llevaba a los barrios más conflictivos y marginados para colocarlos sobre bardas con impactos de bala impregnados de sangre, sobre desechos de construcción, en los resquicios de casas semidestruidas por la violencia.
Los querubines llegaron a la ciudad de Los Angeles en 1992 para decirles a los angelinos que no se olviden de amar. Los ángeles alientan a buscar las cualidades, los talentos escondidos, el potencial presente en cada ser. Están entre ellos para darles una mano y levantarles el espíritu. Ayudan a ver la vida con una nueva luz: la de la fe y esperanza que da el amor.
No importa que los ángeles sean de fabricación casera. Después de todo, ángel es aquél que penetra la fría región de la soledad humana y ayuda a sacar el ángel que cada quien lleva dentro.
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