Van Gogh aun peligra en Detroit
Desde hace meses Detroit se pregunta si sus Van Gogh podrán salvar las pensiones, pero ahora, gracias a una campaña para preservar su museo de arte, la…
Desde hace meses Detroit se pregunta si sus
Van Gogh podrán salvar las pensiones, pero ahora, gracias a una campaña
para preservar su museo de arte, la cuestión es si se recaudarán
suficientes fondos para garantizar los subsidios sin tener que
sacrificar la pinacoteca.
Detroit, que afronta la peor quiebra
municipal de la historia de EE.UU., estudia la venta de las obras más
valiosas de su Instituto de Arte para financiar la bancarrota y mantener
los servicios públicos que dependen del Ayuntamiento.
Desde
el verano, cuando se encargó a la casa de subastas Christie's la
tasación de los cuadros, no ha cesado la polémica entre quienes
defienden esta medida para salvar partidas de primera necesidad como las
pensiones y quienes consideran que renunciar a las piezas más
prestigiosas del museo sería devastador para la moral de una ciudad que
ya está en sus horas más bajas.
Los responsables del museo
quieren evitar a toda costa la comercialización de su colección y ya han
anunciado que desaprueban el cálculo que ha hecho Christie's: las obras
adquiridas con fondos de la ciudad, un total de 2.773 piezas que
representan sólo el 5 por ciento del total, tendrían un valor de venta de entre
454 y 867 millones de dólares, según la casa de subastas.
El
juez federal Gerald Rosen ha mediado en este conflicto lanzando una
campaña dirigida a las fundaciones privadas más importantes para
recaudar 500 millones de dólares, una cifra que según sus cálculos
permitiría salvar las pensiones y otras prestaciones municipales en
peligro y evitar así la venta de las obras de arte más célebres de la
ciudad.
Si esta iniciativa progresara, el Instituto de Arte de
Detroit (DIA en sus siglas en inglés) se convertiría, además, en una
organización sin ánimo de lucro, independiente tanto del poder municipal
como de las fundaciones.
El objetivo último de esta campaña
es proteger al museo de los vaivenes de la economía de Detroit y poner
así punto final a una historia de continuos sobresaltos para la
pinacoteca que comenzó en 1919, cuando quedó en manos del Ayuntamiento.
El Instituto de Arte dejó claro en su último comunicado sobre este
asunto que respalda al cien por cien la idea del juez Rosen, una
iniciativa que considera "creativa y razonada" y cuyo progreso lleva a
esta organización a ser "optimista" de cara a los futuros
acontecimientos.
El plan de Rosen para salvar al mismo tiempo
el arte y las pensiones en Detroit debe ser aprobado en última instancia
por Steven Rhodes, el juez que dio luz verde a que la ciudad pudiera
declararse en bancarrota.
La campaña supone un contratiempo
para los acreedores, que veían en la venta de las obras de arte de
Detroit la mejor manera, si no la única, de recuperar el dinero que el
Ayuntamiento les debe.
La colección del Instituto de Arte de
Detroit, fundado en 1885, está entre las seis mejores de EE.UU., según
su página web, en la que se mencionan relevantes obras de Van Gogh,
Matisse, Brueguel, Rembrandt y Diego Rivera como sus posesiones más
destacadas.
La potencial venta de estas joyas artísticas ha
despertado la preocupación entre los profesionales de la cultura de
EE.UU., quienes alertan de que desprenderse de estos valiosos cuadros no
sería más que "pan para hoy y hambre para mañana", puesto que, en su
opinión, esto no resolverá la bancarrota y sí perjudicará de por vida a
una ciudad que necesita más que nunca preservar sus activos.
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