Xijinping y Trump
El acuerdo comercial entre China y Estados Unidos deberá ser refrendado próximamente en una reunión entre ambos presidentes. (Foto AFP)

El fantasma de la recesión se disipa

Mientras la amenaza de recesión se desvanece y la inflación permanece bajo control, el presidente Donald Trump se asegura un acuerdo comercial con China.

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La economía estadounidense enfrenta en 2025 un escenario complejo pero prometedor. Luego de meses de incertidumbre sobre una posible recesión, los indicadores comienzan a disipar ese fantasma. Al mismo tiempo, la inflación, uno de los principales focos de preocupación para consumidores, empresas y autoridades, muestra señales de control. En este contexto, el reciente anuncio del presidente Donald Trump sobre un acuerdo comercial con China suma un ingrediente importante de positivismo a la agenda económica y política del país.

Munir Jalil, economista jefe para la región Andina de BTG Pactual, resumió la situación al señalar que “desapareció el fantasma de una recesión” y que “la economía de Estados Unidos va a dos velocidades”: por un lado, el Producto Interno Bruto (PIB) real no muestra deterioro; por otro, el sentimiento de los consumidores sigue afectado.
Con los nuevos datos, es probable que la sensación de la ciudadanía frente al futuro económico empiece a cambiar.

La inflación también ofrece motivos para un optimismo moderado. Según los datos más recientes, la inflación mensual se ubicó en 0.1%, con una tasa anual del 2.4%, cifras que superan ligeramente el objetivo de la Reserva Federal, pero que están lejos del alza descontrolada que se anticipaba por cuenta del impacto de los aranceles.

Un artículo reciente del The New York Times confirma que, pese a las advertencias de empresas sobre incrementos de precios debido a los aranceles impuestos por Trump, el impacto en la inflación ha sido hasta ahora limitado. El Índice de Precios al Consumidor (CPI) mostró un aumento anual del 2.4% en mayo, apenas superior al 2.3% de abril. La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, se mantuvo estable en 2.8%, alineada con las expectativas de los analistas.

Factores como inventarios acumulados antes de la imposición de tarifas, la caída de precios en rubros como muebles, ropa y vehículos, así como la baja en tarifas aéreas y energía, han ayudado a moderar el impacto inflacionario. Sin embargo, los economistas y las autoridades monetarias permanecen atentos ante la posibilidad de que estos costos se trasladen a precios al consumidor en los próximos meses, especialmente en sectores más expuestos a los aranceles.

El acuerdo comercial con China

En medio de este complejo escenario, el presidente Donald Trump anunció un acuerdo comercial con China que aún está pendiente de aprobación final entre él y el mandatario chino Xi Jinping. Según el comunicado divulgado, el pacto incluye el suministro adelantado por parte de Beijing de imanes y tierras raras —insumos críticos para las industrias tecnológica y de defensa—, un intercambio estudiantil ampliado y un esquema arancelario en el que Estados Unidos obtendría un 55% de tarifas frente al 10% para China.

Este entendimiento se produjo tras negociaciones en Londres, que siguieron a una reducción temporal de aranceles acordada en Ginebra, y representa un paso significativo para desescalar la guerra comercial que ha tensionado las relaciones económicas entre las dos mayores potencias mundiales desde 2018. Aunque aún quedan detalles por definir y fechas para su implementación, el acuerdo genera expectativas positivas en los mercados, que observan con atención el posible impacto sobre cadenas de suministro, costos de producción y comercio bilateral.

Riesgos y desafíos a futuro

No obstante, el optimismo se ve acompañado por riesgos latentes. La Reserva Federal ha advertido que las tarifas pueden impulsar la inflación de manera “marcada” durante este año y en 2026, elevando la preocupación por un escenario de estanflación, donde la economía crece débilmente mientras los precios siguen en alza. Además, la posibilidad de que la inflación se vuelva persistente podría complicar la capacidad del banco central para apoyar la economía mediante ajustes en las tasas de interés.

En mayo, la Fed mantuvo su tasa de referencia en un rango de 4.25% a 4.5%, y ha señalado su intención de actuar con cautela, esperando señales claras de deterioro en el mercado laboral antes de considerar recortes. Por ahora, el mercado laboral se enfría, pero no muestra signos de colapso, lo que sostiene esta postura prudente.

A la par, el acuerdo comercial con China debe superar la validación política de ambos líderes y la posible resistencia de sectores internos. La incertidumbre en torno a su implementación y alcance mantiene a inversores y analistas en un estado de expectativa que puede influir en las decisiones económicas en los próximos meses.

Las cuentas económicas del presidente Donald Trump parecen mostrar avances que, de sostenerse, pueden representar un alivio para una economía estadounidense que hace meses temía una recesión. La inflación controlada y el acuerdo con China son piezas clave en este cuadro alentador. Sin embargo, la situación sigue siendo delicada y los desafíos persisten, con riesgos inflacionarios, tensiones comerciales y variables políticas que podrían alterar el rumbo económico.

La economía estadounidense en 2025 navega entre luces y sombras, con un rumbo que depende en buena medida de la capacidad del gobierno, la Reserva Federal y los actores internacionales para manejar con prudencia estas complejas variables.