El senador republicano Lindsey Graham
propuso que el Senado haga una pausa en las negociaciones para
una ley energética hasta que se resuelva la incertidumbre en torno
al debate migratorio y las repercusiones del derrame de petróleo en
el Golfo de México.

Graham explicó en un comunicado que, en el
ambiente político
actual, el Senado no cuenta con los 60 votos necesarios para
conseguir la aprobación de una reforma energética, aunque no
descartó que ésta pueda obtener apoyo bipartidista en el futuro.

Según
Graham, los estadounidenses piden un cambio en la política
energética del país y apoyan una legislación que promueva la
independencia energética y el combate a la contaminación.

"Muchos
senadores de ambos partidos han declarado que el Congreso
es el que debe establecer la política energética y de control de la
contaminación con carbono, no la Agencia de Protección Ambiental
(EPA)", señaló.

Graham recomendó, no obstante, avanzar en el tema
"de forma
razonada y cuidadosa, y en un clima político que nos dé la mejor
posibilidad de tener éxito".

"Lamentablemente, en mi opinión,
esto se ha vuelto imposible en
el ambiente actual", se quejó el senador republicano por Carolina
del Sur.

"Creo que podríamos obtener más de 60 votos para un
concepto
bipartidista en el futuro. Pero ahora no hay ni de cerca los 60
votos y no veo que se materialicen hasta que abordemos la
incertidumbre del debate migratorio y las consecuencias del derrame
de petróleo" en el Golfo de México, puntualizó Graham.

Graham
destacó que ambos partidos mantienen posiciones
encontradas respecto a la ampliación de los proyectos de exploración
petrolera en aguas profundas.

Tras la reciente explosión y
desplome de la plataforma de BP en
el Golfo de México, sin embargo, un creciente número de demócratas
se opone a que la ley energética incluya una ampliación de esos
proyectos.

Pero Graham insistió en que "para tener independencia
energética,
tenemos que incluir estas opciones".

Graham y el senador
demócrata Charles Schumer presentaron el
pasado 18 de marzo los parámetros de una reforma migratoria integral
en una propuesta marco que en general fue bien recibida por la
comunidad inmigrante.

Esa propuesta se apoyaba en cuatro pilares:
la creación de una
tarjeta de Seguro Social biométrica; un aumento de la vigilancia
fronteriza; el control de flujos migratorios futuros en base a las
necesidades del mercado laboral en EE.UU., y la creación de una vía
"dura pero justa" hacia la legalización de los indocumentados.

Pero
Graham se retiró de las negociaciones en protesta porque el
líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, dijo
inicialmente que la Cámara Alta abordaría primero el debate
migratorio antes de la ley de energía y cambio climático.

Ahora
Graham insiste en que, antes de debatir un plan migratorio,
el Congreso debe primero fortalecer la seguridad en la frontera con
México.