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La profunda "huella" que dejó "Agatha" en Guatemala

Guatemaltecos limpian sus casas del lodo por la tormenta y piden ayuda gubernamental.

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Este hundimiento de tierra que se produjo el pasado sábado en la colonia Ciudad Nueva, en Ciudad de Guatemala,
como consecuencia de las fuertes lluvias provocadas por la tormenta
tropical "Agatha".

Cientos de habitantes del
municipio de Amatitlán, a 27 kilómetros al sur de la capital
guatemalteca, viven hoy en medio de miles de toneladas de lodo, y
con tristeza y amargura claman por la ayuda gubernamental para
limpiar sus calles, convertidas en una especie de pantano.

"Yo no
he podido ingresar a mi casa porque el lodo y el agua
subió metro y medio y no puedo abrir la puerta", dijo el
activista Melvin Pineda, al lamentar que sus pertenencias puedan
estar perdidas.

Cientos de vecinos del centro de Amatitlán, con
palas, azadones y
carretas de metal sacan de sus casas el agua y lodo que empieza a
emanar olores fétidos.

Según Pineda, el desbordamiento del río
Mico, que atraviesa esa
comunidad, arrastró árboles, piedras, arena y lodo hacia el poblado,
anegando cientos de viviendas y provocando pánico entre sus
moradores.

"El temor que tenemos es que si las autoridades no
limpian el
agua y lodo estancado, el lugar se convierta en criaderos de
zancudos y proliferen las enfermedades", advirtió Pineda, quien
trabaja para una ONG de la Orden de Malta,

Las calles y avenidas
están bajo un metro y medio de agua y lodo,
y los habitantes observan con tristeza que las pocas máquinas que
llegaron hoy a la comunidad, son insuficientes para retirar los
destrozos dejados por la tormenta tropical.

El propietario de una
reparación de llantas de automóviles,
descalzo y con carretilla en mano, trabajaba hoy incansablemente
para sacar del interior de su casa la gran cantidad de agua sucia.

Enfrente,
su vecino, ayudado por un niño, hacía una zanja en
medio de la calle con la esperanza de que el agua corra hacia abajo
de la población y pueda ingresar a su residencia.

Según los
vecinos, violentas corrientes de agua salieron desde el
río Mico hasta el Michatoya, que quedó convertido en una especie de
zanja, de donde maquinaria gubernamental ha comenzado su dragado
para evitar una posterior inundación en Amatitlán.

"Aquí a mi
casa llegaron enormes piedras y hasta un vehículo
arrastrado por la corriente de agua del río Mico", narró un vecino
mientras mostraba los estragos que dejó en las afueras de su casa el
fenómeno natural.

El valle de La Mariposa, en la parte baja de
este municipio, está
totalmente inundado, y es difícil llegar al sitio debido a los
promontorios de lodo y agua que está estancada en las calles.

El
nivel del Lago de Amatitlán se incrementó debido al paso de la
tormenta Agatha y llegó hasta
algunos comercios que funcionan cerca
de la orilla, pero por suerte no hubo víctimas.

"Los destrozos
están allá abajo, en las aldeas", manifestó la
empleada de un comercio.

"Lo importante ahora es que las
autoridades envíen maquinaria,
porque no ha llegado nada de ayuda", sostuvo Pineda.

Según cifras
oficiales, en el municipio de Amatitlán se han
registrado al menos cinco muertes, mientras que unas 3.000 personas
se han refugiado en albergues.

En varias aldeas de este municipio
la tormenta también hizo
estragos y hasta ahora, según comentó Martina Poitán, del caserío
San José, ni siquiera han llegado las autoridades.

"Hoy tuve que
caminar varios kilómetros hasta Amatitlán y sólo
pude conseguir dos galones de agua", dijo con tristeza Poitán, que
no pudo llegar a tiempo al albergue donde horas antes habían
entregado alimentos para los damnificados.

Los daños causados
también por la violenta erupción del volcán
Pacaya, el pasado jueves, aún son evidentes y las autoridades tratan
de dejar libres las carreteras, donde se pudo observar gran cantidad
de arena y ceniza volcánica.