
Desinformación en salud: La Administración Trump siendo la Administración Trump
Un informe sobre salud se editó discretamente después de que los científicos revelaran que citaba estudios inexistentes. El gobierno corrigió.
El gobierno de Estados Unidos se vio obligado a modificar esta semana su principal informe sobre salud infantil luego de que varios investigadores citados en el texto original afirmaran que algunos estudios atribuidos a sus nombres simplemente no existen.
El documento, titulado "Haz que Estados Unidos vuelva a estar sano" (Make America Healthy Again, MAHA, por sus siglas en inglés), fue presentado el 22 de mayo por el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., junto a una comisión presidencial enfocada en enfermedades crónicas de la niñez. Sin embargo, en los días posteriores, al menos cuatro investigadores negaron haber escrito los estudios mencionados, o directamente aseguraron que tales publicaciones no figuran en ninguna base científica reconocida.
La Casa Blanca, a través de su portavoz Karoline Leavitt, restó importancia al escándalo y lo calificó de simples “problemas de formato”. No obstante, prometió corregir el informe. Según Leavitt, el trabajo liderado por Kennedy Jr.—reconocido por su escepticismo hacia las vacunas—está “respaldado por la buena ciencia”.
Citas ficticias y enlaces rotos
El investigador Noah Kreski, de la Universidad de Columbia, fue uno de los primeros en desmentir la autoría de un supuesto artículo sobre ansiedad y depresión en adolescentes durante la pandemia. "La cita no es mía y no parece corresponder a ningún estudio real", dijo a la AFP.
El supuesto enlace al artículo dirige a una página inexistente de JAMA Pediatrics, y la propia revista confirmó que nunca ha publicado ese trabajo. Otros dos académicos de Columbia, Katherine Keyes y Guohua Li, también rechazaron la validez de los estudios que se les atribuyen. “Totalmente inventada”, respondió Li al ser consultado por la AFP.
A esta cadena de desmentidos se sumó Harold Farber, profesor de pediatría en el Baylor College of Medicine, quien negó la existencia de un artículo que, según el informe MAHA, habría escrito junto con autores con los que nunca ha trabajado.
Incluso se citó a Robert Findling, de la Virginia Commonwealth University, como autor de un texto sobre publicidad de medicamentos para jóvenes. Su universidad confirmó que nunca escribió ese artículo.
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Un cuarto estudio, presuntamente publicado en Pediatrics en 2008 sobre medicamentos para el TDAH, tampoco figura en los archivos de la revista, según informó Alex Hulvalchick, de la Academia Americana de Pediatría.
Versión corregida, sin explicaciones
Presionada por los medios, la Casa Blanca actualizó el informe con referencias verificables, excepto en un caso donde se reemplazó el supuesto estudio por un artículo periodístico del New York Times. Aun así, evitó dar detalles sobre el proceso de elaboración del documento y si se usaron herramientas de inteligencia artificial.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) declinó comentar sobre el asunto.
En un comunicado, el Comité Nacional Demócrata fue directo: calificó el informe como “plagado de desinformación”.
Desde que asumió como secretario de Salud, Kennedy Jr. ha ordenado nuevas investigaciones sobre el autismo, una condición que por años ha intentado vincular—sin pruebas válidas—con vacunas infantiles. También ha criticado el uso extendido de medicamentos psiquiátricos y antibióticos en niños.
Con información de AFP
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