A través de una audiencia pública liderada por los representantes estatales Mark Cohen y Leslie Acosta, se analizaron los posibles beneficios de una propuesta de ley que permitiría a residentes indocumentados de Pensilvania adquirir una licencia de conducir del estado.

Testimonios de varias organizaciones expresaron su apoyo hacia la propuesta incluyendo miembros de Lucha Pro Licencias, Juntos, Philadelphia Praise Center, Nuevo Movimiento Santuario, así como abogados de inmigración.

Entre se encontró Esvin Maldonado, un guatemalteco que vive en Chambersburg (PA), quien explicó que aproximadamente 13.000 latinos viven en la zona. "La mayoría no tiene un número de seguro social, casi todos trabajadores agrícolas que no pueden obtener una licencia de conducir”.

Maldonado compartió la historia de Víctor, un joven que se esforzó por terminar el ‘high school’ y aprender inglés con el fin de conseguir un trabajo o posiblemente unirse a la Fuerza Aérea. "Pero estos sueños fueron destruidos en agosto del 2008, cuando conducía hacia su trabajo y se detuvo para revisar una falla en su vehículo. Un policía se detuvo para preguntarle qué pasaba  y le pidió su licencia de conducir".

Debido a que no contaba con una licencia de conducir fue detenido y un mes más tarde fue deportado. "Víctor es mi hijo. Ahora vive en Guatemala y lo extrañamos mucho", dijo Maldonado.

Para Celia Mota, líder de Nuevo Movimiento Santuario, conducir un coche no es un lujo sino una necesidad crucial. "Hace unos siete años mi marido, que es ciudadano de Estados Unidos, tuvo un accidente que le dejó la espalda lesionada. En ese momento me vi obligada a conducir sin licencia", dijo Mota.

Antes del accidente ella tenía miedo a conducir debido al riesgo de ser detenida, deportada y separada de sus hijos y esposo. "Cuando mi marido tuvo el accidente yo ya sabía conducir, pero no había forma de que yo aprendiera sobre las leyes de tráfico en Pensilvania, tuve que aprender sola", dijo Mota. "Tengo que manejar para llevar a los niños a la escuela, ir a las citas médicas con mis hijos y mi marido. Tengo que conducir para poder hacer las cosas con rapidez ya que  también trabajo tiempo completo en mi casa".

Se calcula que en Pensilvania viven unos 200.000 residentes indocumentados. Antes del 2002, residentes en el estado podía solicitar una licencia de conducir utilizando su número de identificación de impuestos, pero cuando una vez que la ley cambió, el estado canceló la licencia de conducir de miles de personas que aquel momento habían obtenido una licencia de manera legal.

Cohen dijo que durante la actual sesión legislativa tiene la intención de introducir una legislación similar a HB 1648, la cuál se estancó en el Comité de Transporte el año pasado.

"En este momento una licencia de conducir puede ayudar a las personas a tener acceso a alimentos, servicios de salud, transporte, educación y más", dijo Cohen. "Estos son nuestros vecinos que llegaron a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades que las que tuvieron en los hogares que dejaron. Es hora de incluir a estos inmigrantes en nuestra sociedad, en lugar de aislarlos".

El proyecto de ley permitiría a residentes indocumentados que no tienen un número de Seguro Social, presentar un número de identificación fiscal u otros documentos, incluyendo un pasaporte extranjero válido, identificación consular, o un certificado de nacimiento, de matrimonio, adopción o divorcio, para establecer identidad al solicitar una licencia de conducir.

Acosta dijo estar ansiosa de patrocinar dicha propuesta de Cohen. "Muchos de estos residentes han vivido en el estado por décadas", dijo Acosta. "Ellos han contribuido a nuestra economía durante años, en diversos puestos de trabajo, incluso en servicios hospitalarios, la industria agrícola y de limpieza. Tiene sentido que a estos trabajadores se les conceda el acceso a una licencia de conducir que ayudaría a hacer su trabajo aún más eficaz y mejorar su calidad de vida en general ".