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"Agatha" pasó pero la calma aún no vuelve a Guatemala

La tormenta dejó 152 muertos, 100 de desaparecidos y más de 125.000 afectados, cifras que pueden incrementarse en las próximas horas.

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Guatemala
se afanaba este martes en volver a la
normalidad tras el paso de la tormenta tropical "Agatha", que dejó
152 muertos, un centenar de desaparecidos, 87 heridos y más de
125.000 afectados, según las ultimas cifras oficiales.

Guatemala
fue el país más afectado, pero los embates de "Agatha"
también se sintieron en Honduras, donde hubo 17 muertos y un
desaparecido, y en El Salvador, donde se contabilizaron 10 víctimas
mortales y dos desaparecidos.

En los albergues habilitados por la
Coordinadora Nacional para la
Reducción de Desastres (Conred) en Guatemala hay refugiadas más de
65.000 personas, en su mayoría habitantes de las comunidades pobres
que fueron afectadas por las fuertes lluvias, y cerca de 29.000 aún
se encuentran en riesgo.

Las cifras preliminares de las
autoridades dan cuenta también de
unas 22.000 viviendas dañadas, 18 puentes principales colapsados, y
más de un centenar de puentes vecinales totalmente destruidos, que
mantienen a decenas de comunidades incomunicadas.

El gobierno no
se atreve aún a cuantificar los daños económicos
causados por "Agatha", pero sectores empresariales han avanzado que
las pérdidas podrían alcanzar los 125 millones de dólares.

El
presidente Álvaro Colom dijo a los periodistas que en las
próximas horas llegarán al país expertos del Banco Mundial y del
Banco Interamericano de Desarrollo que colaborarán con las
autoridades locales en evaluar el costo de los daños.

El
mandatario calificó la situación del país como una "tragedia
humana, social y económica" y llamó a la solidaridad nacional para
iniciar la etapa de reconstrucción.

Las planicies de la costa sur
y el Atlántico, utilizadas en su
mayoría para cultivos agrícolas, han quedado convertidas en playas
por las inundaciones causadas por el desbordamiento de los ríos.

Según
Colom, "la mitad de la costa sur fue destruida".

Los daños
sufridos en la red vial del país han impedido que la
ayuda humanitaria llegue con prontitud a las zonas más afectadas, en
donde los vecinos, por sus propios medios, se dedican a limpiar el
lodo, las piedras y las ramas que cayeron sobre sus comunidades.

Las
autoridades han advertido de que las cifras de fallecidos y
damnificados pueden incrementarse en las próximas horas, conforme
avancen los trabajos de rescate.

En las zonas de la costa sur y
en el altiplano del país, a pesar
de que las lluvias han cesado, continúan registrándose derrumbes, lo
cual incrementa el temor e intranquilidad entre los vecinos.

"No
podemos dormir en paz, porque nos da miedo de que en
cualquier momento pueda producirse otro derrumbe", dijo a una radio
local un habitante de un asentamiento ubicado en la periferia norte
de la capital.

Según la Conred, más de 800 humildes viviendas
construidas con
láminas de metal y madera corren peligro.

Situados en las laderas
de barrancos de las periferias, estos
asentamientos han sido declarados de "alto riesgo", pero sus
habitantes se niegan a abandonarlos.

Alejandro Maldonado,
director de la Conred, aseguró que geólogos
de esa institución realizan estudios de suelos en las áreas
vulnerables, para prevenir derrumbes y hundimientos.

En un barrio
residencial del norte de la capital, las lluvias
abrieron un cráter de unos 20 metros de diámetro por 60 de
profundidad en plena calle, que se "tragó" una vivienda de tres
alturas en donde funcionaba una fábrica de ropa.

Para abonar las
desgracias de los guatemaltecos, el precio de los
productos de los alimentos, principalmente los granos y vegetales,
han empezado a dispararse y las autoridades temen una escasez
producto de la especulación.

La ayuda internacional ha empezado a
llegar desde países como
Estados Unidos, Colombia, México y
Brasil, entre otros, y las
autoridades esperan que esta cooperación se incremente con la
reanudación hoy de las operaciones en el aeropuerto internacional La
Aurora.

En El Salvador y Honduras, debido a la mejora del clima,
las
autoridades han empezado a reducir los niveles de alerta.