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Actores sordomudos reivindican la lengua de signos

La compañía mexicana "Seña y Verbo" persigue, a través del teatro, que la lengua de signos tenga mayor reconocimiento en el mundo.  

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En silencio
hay quienes han aprendido a
comunicarse y trascender las fronteras sin necesidad de alzar la
voz, como ocurre con los integrantes de la compañía mexicana "Seña y
Verbo", que persigue a través del teatro que la lengua de signos
tenga mayor reconocimiento en el mundo.

Una treintena de actores
sordos y oyentes, de entre los 20 y 40
años, luchan cada día por disolver a través de los signos los
límites que socialmente han impedido un acercamiento real con las
personas que están privadas de facultades auditivas.

Cada año es
motivo de preparación y estudio para que los actores
realicen las obras teatrales con las que aspiran sensibilizar al
público sobre cómo viven, qué piensan y en qué sueñan.

Desde que
se fundó la compañía en 1992, han puesto en escena
dieciséis obras dirigidas a un público de todas las edades y en las
que combinan la lengua de signos con el lenguaje hablado en un
espectáculo creativo y entretenido.

La actriz sordomuda Ludila
Olalde explicó que el teatro les
permite "transmitir y dar a conocer a quienes no viven, no sienten,
o no piensan" en su situación cómo es su mundo y su cultura, "pero
sobre todo, nos une y cambia visiones", añade.

"Seña y Verbo"
comenzó en 1992 gracias a una beca otorgada por el
Fideicomiso para la Cultura México-EUA y ya ha hecho varias giras
alrededor de la República Mexicana y ha actuado en países como
Austria, Brasil, Alemania, Venezuela o Estados Unidos.

Este año
participó en la Expo de Shanghái representando a México
con la obra "¿Quién te entiende?", que narra la historia de tres
sordomudos que se enfrentan al problema de la comunicación al estar
inmersos en familias y en sociedades que no los comprenden.

"El
éxito que alcanzamos en Shanghái se lo debemos a la
universalidad del lenguaje de los signos y a la posibilidad que éste
nos brindó para incluir y profundizar con la diversidad de otras
culturas; al principio fue difícil, pero después el gancho fue
directo", aseguró la actriz Haydeé Boetto.

La obra, dirigida por
Alberto Lomnitz, fue presentada en la
exposición universal con subtítulos en inglés y en chino y está
basada en testimonios de tres sordomudos de Ciudad de México.

Según
Boetto, esta es la primera obra que se presenta en China a
cargo de una compañía profesional que trabaja con el lenguaje de los
signos, razón que "motivó a los sordomudos chinos para que también
formaran su propia compañía".

"Constantemente se piensa que los
sordomudos no somos personas
inteligentes y que valemos menos, pero tras la experiencia que
supone cada actuación, nos sentimos mucho más motivados y sabemos
que, aunque somos diferentes, la gente se da cuenta de que no
tenemos menor valor", destacó el actor sordomudo Roberto de Loera.

El
origen del lenguaje de signos es considerado por estudiosos
del tema tan antiguo como el de las lenguas orales, pues hay
testimonios que documentan su uso dentro de las culturas indígenas
de América, en regiones como la de las Grandes Llanuras del norte
del continente.

Estas culturas usaban dicha lengua para
comunicarse entre etnias
que hablaban lenguas con fonologías muy diversas, como en el caso de
las tribus de Manhattan y Massachusetts, que recurrieron a las señas
y gestos para acordar intercambios y hasta para comunicarse dentro
de sus propias comunidades.

"A los sordomudos no deben intentar
curarnos, deben comprendernos
y darnos facilidades", enfatizó De Loera.