
De Fortaleza a Prisión Federal: La Turbulenta Historia de Alcatraz
¿Renacerá Alcatraz como prisión? Su historia sigue siendo fascinante, entre muros de concreto, leyendas y decisiones políticas que le devuelven protagonismo.

Ubicada sobre una isla rocosa en la bahía de San Francisco, Alcatraz ha sido durante décadas un símbolo del poder, el castigo y el encierro en la historia de Estados Unidos. Lo que comenzó como una fortaleza militar en 1850, terminó siendo la prisión federal más temida del país, famosa por albergar a algunos de los criminales más peligrosos del siglo XX.
En 1850, el presidente Millard Fillmore ordenó que la isla de Alcatraz fuera reservada para uso militar. Su ubicación estratégica la convirtió en punto clave para la defensa de la bahía. Para finales del siglo XIX ya era utilizada como prisión militar. En 1934, Alcatraz fue oficialmente convertida en una prisión federal de máxima seguridad, diseñada para alojar a reclusos considerados incontrolables en otras cárceles del país.

Durante sus 29 años de funcionamiento como penitenciaría federal (1934-1963), más de 1.500 prisioneros pasaron por sus celdas. La prisión nunca estuvo llena: su capacidad máxima era de 336, pero por lo general mantenía entre 250 y 300 internos, lo que permitía una vigilancia extrema.
No fue hasta 1934 cuando Alcatraz fue convertida en una prisión federal de máxima seguridad, diseñada para los reclusos más peligrosos del país. Sus frías aguas y corrientes intensas hacían de cualquier fuga un intento casi suicida, y esa condición aislada reforzó su fama de impenetrable. Alcatraz albergó a figuras infames como Al Capone, Robert Stroud (el “Hombre Pájaro de Alcatraz”) y varios líderes del crimen organizado.
Alcatraz era famosa por su seguridad impenetrable. Sin embargo, se registraron 14 intentos de fuga protagonizados por 36 prisioneros. De ellos, 23 fueron capturados, 6 murieron baleados, 2 se ahogaron, y 5 nunca fueron encontrados, presumiéndose muertos… pero sin pruebas concluyentes.

El intento más célebre ocurrió en 1962, cuando Frank Morris y los hermanos John y Clarence Anglin protagonizaron una fuga digna de película: cavaron túneles con cucharas modificadas, construyeron una balsa inflable con impermeables robados y desaparecieron en la noche. La historia inspiró la película Escape from Alcatraz (1979), protagonizada por Clint Eastwood. Aunque el FBI cerró el caso declarando a los fugitivos “presuntamente muertos”, nunca se hallaron sus cuerpos.

Alcatraz cerró en 1963 debido al alto costo de operación y las condiciones estructurales deterioradas. En los años 70 fue declarado parque nacional y hoy es un museo que recibe más de 1 millón de visitantes anuales.

Ahora, en una medida que ha generado controversia, el expresidente Donald Trump propuso su reapertura como prisión de alta seguridad, reviviendo un símbolo del castigo extremo. Mientras unos ven en Alcatraz un legado histórico y una herramienta disuasoria contra el crimen, otros argumentan que reactivar la prisión es inviable por su infraestructura, aislamiento y costos.
🔎 Curiosidades sorprendentes:
Al Capone tocaba el bajo en la banda de la prisión.
El agua que rodea la isla tiene una temperatura media de 10 °C, con fuertes corrientes, lo que hacía las fugas prácticamente imposibles.
Los presos podían ducharse con agua caliente, para que sus cuerpos no se acostumbraran al agua fría del mar, reduciendo las chances de escape.
El “Hombre Pájaro”, Robert Stroud, nunca tuvo pájaros en Alcatraz. Su fama la ganó en otra prisión, pero fue trasladado allí por su peligrosidad.
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