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El Obamómetro hispano: llegó pronto el frío de otoño

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Para aquellos con memorias truncadas: en lo que comenzaron a desenvolverse las primarias para la elección presidencial en el 2008, Hillary Clinton era la candidata preferida para los hispanos. Cuando se convirtió en baluarte del partido demócrata Barack Obama, algunos peritos del este preguntaron si los electores mexicano-americanos podían emocionarse realmente por un candidato negro.

Se enteraron. Mayorías desiguales de hispanos en estados decisivos surtieron los votos claves de la elevación histórica de Obama a la Casa Blanca. Parte crucial de su confianza fue la "garantía" de Obama – palabra muy suya, con frecuencia repetida – que, si resultara electo, impulsaría por el Congreso un proyecto de ley en su primer año ocupando la Casa Blanca.

Su esfuerzo no convenció a nadie, y él le echó la culpa de su fracaso a los republicanos.

Una encuesta Gallup del mes pasado mostró a quién comienzan a creer los hispanos. Su apoyo por Obama cayó 12 puntos desde enero y hasta 21 puntos para aquellos a quienes entrevistaron en español.

El discurso el primero de julio del presidente Obama sobre la reforma migratoria en la American University – su primero sobre el tema desde que asumió el cargo – no presentó nada nuevo.  Suscitó reacciones que corrieron la gama desde el ridículo hasta el elogio adulador. No es de sorprenderse que la mayoría del liderazgo latino continuó profesando su fe en la capacidad del presidente a hacer pasar, eventualmente, algo por el Congreso.

"Lo que no se verá es que le tiremos más basura a nuestro presidente. Estamos desilusionados, pero no vamos a tirar la toalla", dijo Jorge-Mario Cabrera, vocero de la Coalición por los Derechos Humanos Inmigrantes de Los Ángeles. 

Otros líderes procedieron en conjunto para proteger las espaldas de Obama.

Presidente del Fondo Mexicano-Americano de Defensa Legal y Educación, Thomas Sáenz ofreció que, "El presidente Obama ha reafirmado la urgencia de promulgar reforma migratoria progresista…"

Presidenta del Consejo Nacional de La Raza, Janet Murguía dijo que el discurso era "un paso necesario hacia la dirección correcta (pero) un discurso de por sí no es suficiente".

Director ejecutivo del Center for Community Change, Deepak Bhargava; "Esta es la clase de liderazgo fuerte sobre la reforma migratoria que hemos necesitado ver y oír del presidente…"

Presidente del Instituto William C. Velásquez, Antonio González; "Una cuota inicial sobre la reforma migratoria…Esto representa un camino al éxito a corto plazo y una necesaria adición a las perspectivas del presidente…"

Presidenta de la Liga de Ciudadanos Unidos Latino Americanos, Rosa Rosales firmó un comunicado de prensa diciendo que, "LULAC elogia los esfuerzos del presidente que se realizan por promulgar la reforma migratoria integral…"

El discurso del presidente fue fantástico, reseñó director ejecutivo del grupo pro inmigrante, America's Voice, Frank Sharry. "Ha entablado al país en un debate que mucho se ha hecho esperar, y ha dejado clara la opción …"

Los columnistas hispanos no fueron tan generosos. Esther Cepeda de Chicago inició después del discurso de Obama con "Ojalá pudiera recuperar los últimos 45 minutos de mi vida".

Andy Porras, editor de la revista Califas del norte de California, citó a Obama el candidato en cuanto a "arreglar" el sistema migratorio: "No puedo garantizar que sea en los primeros 100 días. Pero lo que sí puedo garantizar es que en el primer año tendremos un proyecto de ley de reforma migratoria que respaldo mucho y que estoy promocionando y que quiero que avance lo más rápido posible".

Añadió Porras: "Ese primer año vino y se fue hace tiempo ya, y no está a la vista ningún proyecto de ley como tal".

Finalmente, columnista de Hispanic Link/Scripps-Howard José de la Isla: "¿No fueron Lyndon Johnson y Ronald Reagan mucho más eficaces en hacer que las cosas caminaran? Es difícil saber qué diferencia hará (el discurso de Obama), salvo, claro está, para los que viven de la política de la demora, la retórica del jaque mate y de culpar al otro lado por la inacción".

Como enmarcó el dilema hispano otro promotor: "Con los republicanos que ya se han despedido de los hispanos, para nosotros él es lo único que nos queda".

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