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Informar en Cuba puede costar la vida

Para el régimen castrista, un informador independiente puede ser sinónimo de espía o de terrorista de estado.

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El hecho de divulgar noticias
en Cuba
"te puede costar la vida", afirmó  el periodista Yosvani Anzardo
Hernández, quien explicó en conversación telefónica desde la isla
que, para el régimen castrista, un informador independiente puede
ser sinónimo de espía o de terrorista de estado.

Hernández y la
también periodista cubana Megaly Otero
participaron telefónicamente desde la isla en la presentación en
Madrid del informe "Restricciones a la libertad de expresión en
Cuba", que subraya las violaciones de derechos humanos llevadas a
cabo por el Gobierno de La Habana en ese ámbito.

El informe fue
presentado en la sede de Amnistía en Madrid por el
director en España de esta organización, Esteban Beltrán, y la
directora adjunta para América del Secretariado Internacional de AI,
Kerrie Howard.

Según subrayó Beltrán, doce de los presos de
conciencia
encarcelados en Cuba son periodistas.

"La primera y mayor
dificultad para el ejercicio del periodismo
independiente en Cuba es no poseer el derecho legal a existir", pues
"en este país sólo es permisible el oficialismo", ratificó Yosvani
Anzardo Hernández, director del periódico digital "Candonga" y
corresponsal del sitio web de noticias
"Payo Libre", con sede en
Miami.

Aquel que busca información "corre el riesgo de ser
acusado de
espionaje", de "peligrosidad social", de atacar al Estado o de
infringir cualquier otra ley, añadió.

"Cualquier información está
catalogada dentro de la esfera de la
seguridad nacional", dijo Hernández, quien manifestó sus sospechas
de que la conversación telefónica de hoy pudiera estar siendo
grabada por los servicios de seguridad cubanos.

Este periodista
fue detenido en septiembre de 2009 durante trece
días y la policía se incautó de sus medios de trabajo y de libros
considerados "subversivos" y peligrosos para la seguridad del
estado; su caso es uno de los analizados en el informe que AI
difundió hoy.

Las fuerzas de seguridad cubanas amenazaron al
periodista con
procesarlo penalmente bajo la Ley 88, una normativa aprobada en
febrero de 1999 que penaliza con hasta 20 años de cárcel el apoyo
directo e indirecto a la política estadounidense sobre Cuba.

Tal
norma, conocida por los disidentes como Ley Mordaza, es uno
de los instrumentos que utiliza el régimen castrista contra la
disidencia y la libertad de expresión, pues establece hasta cinco
años de prisión por colaborar con cualquier emisora extranjera de
radio y televisión, publicación impresa u otro medio.

La Ley 88
sirvió para condenar a numerosos disidentes durante la
represión lanzada por la dictadura castrista en marzo de 2003,
considerados por AI como presos de conciencia.

Trabajando como
periodista independiente en Cuba "corres
continuamente el riesgo de estar en un calabozo", dijo en la misma
conversación telefónica Magaly Otero, directiva de la agencia
"Hablemos Press", fundada el 3 de febrero de 2009.

"Somos
acosados, amenazados y reprimidos sólo por haber cruzado
la frontera (prohibida) del régimen", explicó.

Y ese acoso,
añadió, también afecta a los familiares, que pueden
ser expulsados de los trabajos y los centros de estudio como si se
tratara de "una guerra psicológica".

Otero destacó que las cosas
no han mejorado desde que Raúl Castro
sustituyera en el poder a su hermano Fidel: "ha habido cambios, pero
para peor".

Estos dos periodistas cubanos se mostraron escépticos
sobre las
recientes conversaciones de la Iglesia Católica con el régimen
castrista que llevaron a la excarcelación de un preso político muy
enfermo y al traslado de otros doce a cárceles cercanas a sus
provincias de origen.

Aunque la intención de la Iglesia "me
parece muy buena", no va a
dar resultados positivos, dijo Hernández, mientras que Otelo subrayó
que lo que pretende el Gobierno cubano es "ganar tiempo".

Los dos
periodistas se refirieron a los presos de conciencia en
Cuba, que "están en muy malas condiciones" y "son golpeados y
maltratados", además de no recibir atención médica, afirmó
Hernández.

"Es un infierno que ellos están enfrentando", aseveró.

Se
refirieron en concreto al disidente Guillermo Fariñas, en
huelga de hambre en prisión desde hace más de cuatro meses y de
quien subrayaron su estado de salud "muy delicado".

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